sábado, 31 de diciembre de 2011

Dando gracias a Dios por sus misericordias



"Entonces alabaré el Nombre de Dios con cántico, lo exaltaré con gratitud". Salmo 69:30 

¡El 2012 sea un año de grandes bendiciones! este es mi deseo para todos los que amamos al Señor.
Nuestro mensaje a la humanidad sea el evangelio, el cual es esperanza para aquellos que aún no conocen de Cristo. Y la Luz que es Cristo alumbre en nuestros corazones y resplandezca en todo el mundo.
Nuestro testimonio sea ejemplo para nuestras familias y amigos, quienes muchas veces no sean dado la oportunidad de conocer al Dios vivo por nuestra legalidad y religiosidad, que son tropiezos para ellos.
Una de las cosas que aún marcan nuestras vidas son las amarguras, la falta de perdón, la falta de generosidad y la falta de misericordia para con los débiles, que brillan en nuestro diario vivir.
En Lucas 10:25-37 tenemos un claro ejemplo de religiosidad en aquellos hombres (el sacerdote y levita) que viendo un hombre herido por manos de ladrones no se detuvieron a ayudarle por su religiosidad y legalismo (Lucas 10:25-37), nuestro Dios quiere que aprendamos lo que significa misericordia (Mateo 9:13).

Que este nuevo año de 2012 sea de cambios y propósitos para alcanzar a los que todavía no conocen de Jesucristo, el cual es Dios sobre todas la cosas, bendito por los siglos. Amén (Romanos 9:5)

Agradezcamos a nuestro Eterno Dios, las bendiciones que derramó sobre cada uno de nosotros y nuestra familia durante el año 2011. Vivamos agradecidos de Dios nuestro Padre por su Hijo Jesucristo quien a través de Él recibimos gracia sobre gracia; bendición sobre bendición; si hubo momentos de aflicción agradezcamos porque mediante estas situaciones crecimos y maduramos espiritualmente; agradezcamos con palabras de alabanza, de gratitud, de entrega y rendición al único y eterno Dios. ¡A Él sea la gloria por los siglos!

"Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón ante ti, oh Eterno, Roca mía y Redentor mío". Salmo 19:14

Un abrazo y muchas bendiciones
Margarita Messa Benitez



viernes, 30 de diciembre de 2011

Obrando en fe

"Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y os abrirá.Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
Mateo 7:7-8 
Antes de entrar a la presencia de Dios debemos preparar nuestro corazón para ese momento, y estar seguros que al acercarnos a Dios, él está ahí, esperándonos para escuchar nuestra oración, esa debe ser nuestra fe primeramente, ¡creer que Él está ahí!

Conforme a nuestra fe, debemos poner en la manos de nuestro Eterno Dios, lo que pretendemos hacer, y si es su voluntad, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho (1Juan 5:15).
Ahora, como nos dice la Palabra en mención, no podemos quedarnos en espera de que todo nos llegue a las manos, debemos actuar, debemos pedir, para poder recibir; debemos buscar, para poder hallar; debemos llamar, para poder que abran.

Es verdad que la fe sin obras es muerta (Santiago 2:26); por lo tanto debo actuar, si mi fe en Dios es que al buscar voy a encontrar lo que quiero hallar, mi obrar es buscar, debo moverme para poder encontrar lo que pretendo hallar.

Pero a veces no actuamos, nos quedamos en espera, no buscamos; pasa el tiempo y después culpamos a Dios de nuestra situación de no poder hallar.
Otras veces, buscamos sin tener en cuenta nuestro actuar, y para hallar lo que queremos, no nos importa por encima de quien pasamos para lograr nuestro objetivo. Por eso en ésta porción bíblica después de una valiosa reflexión en Mateo 7:12 dice:
 "Así que en todo tratad a los demás tal y como queréis que ellos os traten a vosotros. De hecho, esto es la ley y los profetas".

Bendiciones

lunes, 26 de diciembre de 2011

Negando a Jesucristo


"Sin embargo, muchos de los judíos creyeron en Jesús, incluso algunos de los más importantes. Pero no lo decían en público por miedo a los fariseos, para que no los expulsaran de las sinagogas. Preferían la gloria que dan los hombres a la gloria que da Dios".Juan 12:42-43

Confesar a Cristo se vuelve difícil en muchos momentos, siempre se está pensando en el que dirán las familias y amistades; otros no lo confiesan porque sienten temor que alguien saque a la luz su pasado, otros sencillamente se avergüenzan de ser cristianos; pero no olvidemos las palabras que Jesús dijo:"A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos". Mateo 10:32-33
A veces no necesitamos negar al Señor Jesucristo con la boca, el testimonio que damos en la familia, en el trabajo, en el lugar donde vivimos y aún en la iglesia lo niegan:
"Dicen conocer a Dios, pero con sus hechos lo niegan; son odiosos y rebeldes, incapaces de ninguna obra buena". Tito 1:16
Nuestra apatía en la forma como ministramos al Eterno Dios, en las reuniones congregacionales, en la alabanza, en las ofrendas, y la actitud con los hermanos en Cristo, es una forma de negarlo, porque algo que reclama nuestro Dios es la verdadera adoración, que es nuestra entrega y rendición total a Él; expresando el amor de Jesucristo en todo lo que hacemos para Él.
Estos son tiempos de reflexión, y como verdaderos cristianos debemos distinguirnos por el amor que nos tenemos los unos por los otros (Juan 13:35), como una manera de confesar que JESUCRISTO es el SEÑOR de nuestras vidas, quien debe ser glorificado por la fe que profesamos.

Bendiciones

















 

sábado, 24 de diciembre de 2011

Cristo, la Luz de la vida

Otra vez Jesús les habló, diciendo: "Yo soy la luz del mundo, el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida"  Juan 8:12

Dios bendiga sus vidas, y que esta navidad sea tiempo de reflexionar, no de celebrar exteriormente,  sino de celebrar en el espíritu fiestas de paz, de amor y de gozo pero en el Espíritu.
Que la Luz que llevamos en  nuestros corazones alumbre en medio de las tinieblas, llevando el mejor testimonio entre los hombres  ¿Cómo alumbra tu Luz?
"Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció". Juan 1:9-10
Nosotros somos portadores de esa Luz, "Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!" Gálatas 4:6 
Que la navidad en sus corazones traiga a sus vidas y a su familia paz y amor.

¡FELIZ NAVIDAD!

lunes, 19 de diciembre de 2011

Volviéndonos a Dios


"Reconcíliate con Dios, y tendrás paz, y te vendrá bien. Toma la Ley de su boca, y pon sus palabras en tu corazón. Si te vuelves al Todopoderoso, serás restablecido, alejarás de tu tienda la aflicción, y estimarás el oro como polvo, y el oro de Ofir como piedras del arroyo. El Todopoderoso será tu tesoro, y tendrás plata en abundancia. Entonces te deleitarás en el Todopoderoso, alzarás a Dios tu rostro. Orarás a él, y él te oirá, y pagarás tus votos. Todo lo que emprendas te saldrá bien, y sobre tus caminos resplandecerá la luz. Cuando los arrogantes sean abatidos, tú dirás: '¡Hay quien levanta!' Porque Dios salva al humilde. Libertará al inocente, si está limpio de pecado". Job 22:21-30

¡Hoy es un día especial! a través de este escrito te hago la invitación de volver a Dios; de reconciliarte con el Eterno Dios y Padre mediante su Hijo Jesucristo, quien murió por toda la humanidad para redimirnos mediante su sangre de todo pecado.

Haz un pequeña oración con todo tu corazón como ésta: Señor Jesús hoy vengo ante ti reconociendo que soy un pecador, y que a través de tu preciosa sangre me laves y me enseñes a seguir tus pasos, creo en ti como el hijo de Dios, quien murió y resucitó de entre los muertos. Gracias Señor por ser mi Redentor y Salvador.¡Amén!

Abre tu corazón cada día para que crezcas en el espíritu, con la maravillosa ayuda del Espíritu Santo, orando y meditando en su Palabra. Sólo podras crecer espiritualmente si le permites al Señor cada día entrar a tu corazón para instruirte en su Palabra.
"Pero el Ayudador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi Nombre, os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho" Juan 14:26.

Un abrazo y grandes bendiciones



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domingo, 18 de diciembre de 2011

Dándole la gloria a Dios

"José respondió a Faraón, diciendo: No está en mí; Dios dará a Faraón una respuesta favorable". Génesis 41:16

 
Todo lo que tenemos le pertenece a Dios nuestro Creador, "Del Señor es el mundo entero, con todo lo que en él hay, con todo lo que en él vive"(Salmo 24:1).

Tenemos un libre albedrio, un libre determinar sobre los distintos aspectos de nuestra vida, pero Dios nos recomienda escoger la vida y la bendición veamos Deuteronomio 30:19-20 "Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia, amando al SEÑOR tu Dios, escuchando su voz y allegándote a Él; porque eso es tu vida y la largura de tus días, para que habites en la tierra que el SEÑOR juró dar a tus padres Abraham, Isaac y Jacob".

Esta porción Bíblica que fue para el pueblo de Israel, también la hacemos nuestra en el día de hoy, y es clara en cuanto a que somos nosotros quien determinamos nuestro camino, no le echemos la culpa a nuestro Creador de nuestras decisiones que son nuestras y solamente nuestras. Y ella les dijo: No me llaméis Noemí; llamadme Mara, porque el trato del Todopoderoso me ha llenado de amargura.

Llena me fui, pero vacía me ha hecho volver el SEÑOR. ¿Por qué me llamáis Noemí, ya que el SEÑOR ha dado testimonio contra mí y el Todopoderoso me ha afligido? Rut 1:20-21

Cuando Noemí junto con su familia determinó salir de Belén, no registran las Sagradas Escrituras que ellos hubieran puesto esa decisión en las manos de Dios.

Cuando nos dejamos dirigir por el eterno Dios, la decisión tomada bajo la guianza de su Santo Espíritu, será la mejor! Él nos dará un corazón entendido para discernir lo bueno de lo malo. Es ahí donde debemos darle a nuestro Señor la gloria y la honra, y no sólo en una decisión sino, en todo lo que hace en nuestras vidas, y en la de nuestras familias, sanándonos, liberándonos, proveyéndonos, guardándonos de todo mal y muchas otras cosas más que no alcanzarían a ser enumeradas. ¡Dios es maravilloso bendito por los siglos amén, a Él sea la gloria por siempre!

¡Qué Dios te bendiga siempre!








viernes, 16 de diciembre de 2011

Conociendo a Dios cada día


Mi pueblo no tiene conocimiento, por eso ha sido destruido. Oseas 4:6
El pueblo de Israel, desconoció a Dios en el cumplimiento de su Palabra, porque a través de Moisés conocieron todos los mandatos y preceptos que Dios había ordenado, pero fallaron en el sentido de no ponerla por obra, comulgando con toda clase de maldad, que ofendía al Dios Eterno.
El Señor me dijo: "Este pueblo me sirve de palabra y me honra con la boca, pero su corazón está lejos de mí, y el culto que me rinde son cosas inventadas por los hombres y aprendidas de memoria". Isaías 29:13
hoy día nos pasa lo mismo mucho conocimiento de las sagradas Escrituras, pero muy poca relación con nuestro Señor, no conocemos a Dios, hemos escuchado de Él, pero no hemos tenido encuentros personales con nuestro Eterno Dios. "Hasta ahora, solo de oídas te conocía, pero ahora te veo con mis propios ojos. Por eso me retracto arrepentido, sentado en el polvo y la ceniza" Job 42:5-6.
Las iglesias están llenas de simpatizantes, pero no de verdaderos creyentes, y muchos no tenemos un buen testimonio; porque no conocemos al verdadero Dios.
La guianza del Espíritu Santo permite tener esa koinonía con nuestro Dios y así conocerlo cada día más.
Conocer a Dios es dar cumplimiento a su palabra en amor, por el sacrificio de Jesús en la cruz; es amarlo. Luego el verdadero conocimiento de Dios debe estar basado en una relación personal día a día en la meditación de su Palabra, para ponerla por obra, bajo la dirección del Espíritu Santo.
"Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él" Juan 14:23.

Muchas bendiciones.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La Palabra de Dios, cambiando nuestra mente

"Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos y toda clase de maldad".
Efesios 4:31


El apóstol Pablo nos recomienda desechar el viejo hombre y vestirnos del nuevo hombre creado en Jesucristo (leer Efesios 4:17-32); y así renovar nuestra mente, y esto se hace solamente a través de la Sagrada palabra de Dios en el poder de su Santo Espíritu, no existen fórmulas, ni fuerza humana, sólo nuestra disposición y voluntad para que el Espíritu Santo trabaje en nosotros; rindamos a Él nuestro corazón y el hará.
Al orar examinemos delante de Dios nuestra conducta con el prójimo, y si aún hay amargura, pasiones, enojo, gritos, insultos y toda maldad; tengamos en cuenta que estas actitudes no nos dejan crecer espiritualmente; despojémonos de ese viejo hombre que está viciado conforme a los deseos engañosos (V.22). Esa forma de pensar o juzgar las cosas en nuestra vieja naturaleza, no debe prevalecer, ahora que somos nueva creación en Cristo Jesús; cambiemos esa forma de pensar o juzgar de la vieja naturaleza o el hombre interior, con la única verdad absoluta: La Palabra de Dios en el poder del Espíritu Santo. Si antes decíamos que no podíamos dejar de gritar o de enojarnos porque así era nuestro carácter, y así pensábamos; ahora podemos pensar y expresar con todo nuestro corazón que "todo lo podemos en Cristo que nos fortalece" (Filipenses 4:13); así es como renovamos el espíritu de nuestra mente, con la Palabra de Dios; no con palabras positivas, ¡NO! sólo con la ¡PALABRA DE DIOS! bajo la dirección del Espíritu Santo.
Esa es la verdadera y única forma de renovar nuestra mente.
"No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto".  Romanos 12:2

Bendiciones.

jueves, 8 de diciembre de 2011

El no creer en el perdón de Cristo y pecar voluntariamente

"Pues ¿no creen ustedes que mucho mayor castigo merecen los que pisotean al Hijo de Dios y desprecian su sangre, los que insultan al Espíritu del Dios que los ama? Esa sangre es la que confirma la alianza, y con ella han sido ellos consagrados".
Hebreos 10:29


Cuando creemos que Jesucristo no nos ha podido perdonar, y nos acusamos constantemente de nuestra vida pasada, sintiéndonos cada día más indignos; esa incredulidad pone de relieve que la muerte de Cristo y su sangre no tienen ningún valor en la redención, para el perdon de pecados; de esta manera también nosotros pisoteamos y despreciamos su sangre e insultamos al Espíritu Santo que nos ama, olvidándonos que en Jesucristo tenemos redención, por su sangre, el perdón de pecados (Efesios 1:7).
El único que nos acusa a nuestra conciencia es el enemigo, ya vencido. Creamos en Jesucristo, quien nos amó y se entregó por nosotros; perdonémonos a nosotros mismos y limpiemos nuestro corazón de todo aquello que nos acusa. El nos hizo libre, y lo que Él libertare será verdaderamente libre ( Juan 8:36); fuimos comprados a precio de su Sangre, no nos dejemos intimidar por el enemigo que fue vencido en la Cruz.
Otra forma de pisotear al Hijo de Dios y despreciar su sangre es cuando se peca voluntariamente en una actitud incrédula respecto del sacrificio de Él en la cruz; no hay excusa para la incredulidad y el endurecimiento del corazón. Jesucristo es la única verdad, no existe otro Dios, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén. (Romanos 9:5)
¡JESUCRISTO nuestro Salvador! Él vive, Él reina. 

Bendiciones en abundancia


lunes, 5 de diciembre de 2011

Nuestra fuerza humana en el obrar de Dios



"Y publiqué ayuno allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes.
Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropa y gente de a caballo que nos defendiesen del enemigo en el camino; porque habíamos hablado al rey, diciendo: La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan.
Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio".

Esdras 8:21-23 (el subrayado es mio)


Veamos la parte del subrayado, así como a Esdras le dió verguenza dejar a Dios en un mal concepto ante el rey; así mismo hoy día nosotros deberíamos sentir lo mismo, pero la verdad es que hacemos tantas cosas para ayudarle a Dios que lo único que hacemos es dejarlo por debajo ante el enemigo y los no creyentes, como si Él no nos escuchara, o no pudiera darnos lo que le pedimos; si es nuestra necesidad el dinero, hacemos todas clase de actividades para conseguirlo, como si Él no fuera el dueño del oro y la plata (Hageo 2:8); he tenido conocimiento de cristianos que contratan guardaespaldas para que los cuiden, como si Él no fuera nuestro guardador, (Salmo 121); si es para alcanzar almas para Cristo, ponen tantas cargar a las personas para que lo hagan, que al final terminan cansadas y desilusionadas de Dios, cuando Dios es quien añade a la iglesia los que han de ser salvos (Hechos 2:47); con tantas cosas que hacemos en nuestras fuerzas, lo que logramos es detener las bendiciones de Dios, permitamos que Él nos bendiga con su bendición que es la que enriquece, y no añade tristeza con ella (Proverbios 10:22).
Tenemos un Dios y Padre todopoderoso, dueño de todo el universo y quiere derramarnos sus bendiciones, pero, nosotros nos contentamos con el esfuerzo personal para conseguir lo que queremos, que someternos a Él para que nos bendiga. "Estad quietos, y conoced que yo soy Dios;seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra" Salmo 46:10

Que Dios les bendiga en abundancia

viernes, 2 de diciembre de 2011

Falsas doctrinas

"Cuando pasaba a Macedonia, te rogué que permanecieras en Éfeso para que mandaras a algunos que no enseñaran diferente doctrina, ni prestaran atención a fábulas y genealogías interminables, que dan pie a especulaciones más que a la realización del plan de Dios por la fe".
1 Timoteo 1:3-4 (BTX)






Observemos como en tiempo de Pablo, también se daban doctrinas diferentes a las que Jesucristo había enseñado; hoy día se han acrecentado mucho más, es por eso que la iglesia de Jesucristo debe estar atenta a toda esta serie de falsas doctrinas. Es importante ser como los de Berea, quienes iban directamente a las Sagradas Escrituras para comparar si lo que Pablo enseñaba estaba conforme a lo escrito en ellas; no podemos seguir indiferentes a ello, también nosotros hoy debemos hacer lo mismo. Cuando vivimos conforme a la Palabra de Dios, resultado de la meditación en ella y  en una relación personal día a día con nuestro Eterno Dios, nada ni nadie podrá cambiar la verdadera fe que es en Cristo Jesús. 
Por eso Jesús manda a velar y orar para no caer en tentación (Mateo 26:41), la falta de oración nos puede llevar a escuchar doctrinas de demonios; recordemos que está escrito que Satanás se disfraza como ángel de luz (2 Corintios 11:14).
Respondiendo Jesús, les dijo: "Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán" Mateo 24:4-5.
Pablo nos exhorta a no dar pie a especulaciones por fábulas y genealogías interminables; en 2 de Timoteo 2:14 también nos dice:  "Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes".
Bendiciones.

martes, 29 de noviembre de 2011

La verdadera fe: Jesucristo

Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
Marcos 9:23








La fe es creer; creer en CRISTO, el cual es Dios sobre todas las cosas, ¡quien vive y reina por los siglos!
JESUCRISTO es la Palabra viva y eficaz (Hebreos 4:12). La Palabra está escrita, y fue inspirada por Dios, es la verdad absoluta; y nuestra actitud como cristianos es  creer en ella; esperar el tiempo indicado por nuestro Dios para que se cumpla; no nos desesperemos, quitemos toda angustia de nuestro corazón, toda desesperanza, toda incredulidad, todo temor y duda; porque nuestro Señor honra nuestra fe, "El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 Pedro 3:9).
La incredulidad y el temor son las armas de la fe del enemigo (vencido en la cruz); cuando hay incredulidad y todo temor, hay dureza del corazón, por lo tanto, el amor de Cristo no está en nuestro corazón: "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor" (1 de Juan 4:18).
Cuando creemos, hay esperanza, seguridad y firmeza, "Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes" Salmo 27:13.

Bendiciones.



domingo, 27 de noviembre de 2011

El gozo en el Espíritu de Dios


"Pero alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti se regocijen los que aman tu nombre". 
 Salmo 5: 11

El sólo hecho de tener un día más de vida, nuestra expresión de agradecimiento debe ser de gozo en nuestro Eterno Dios, dando voces de regocijo. Pablo nos exhorta como un mandato a estar siempre gozosos (1 Tesalonicenses 5:16), no importa el momento por el cual estemos pasando ya sea de aflicción o de bienestar; debemos permanecer firmes en Él, con gozo en el Espíritu, creciendo cada día en nuestro Señor, en una actitud de deleite; sabiendo que cuando nos deleitamos en Él, nuestro Eterno Dios nos concede las peticiones de nuestro corazón (Salmo 37:4). La alegría y el gozo que nuestro Dios nos da en su Espíritu, es resultado de una vida de entrega y rendición a Él, de oración y meditación de su Palabra día a día.
Bendiciones.

martes, 15 de noviembre de 2011

El amor y el propósito de Dios en Cristo Jesús


"Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable".

1 Pedro 2:9

En respuesta al amor de nuestro Eterno Dios mediante nuestro Señor Jesucristo, su Hijo Amado; debe ser la de anunciar a otros las virtudes de Cristo, las cuales son motivadas como resultado de una relación personal cada día con Él, basada en la oración  y meditación de las Sagradas Escrituras, conforme a su voluntad, en la guianza de su Santo Espíritu.

Veamos Efesios 1:1-14 , texto que nos muestra el amor y propósito de Dios en Jesucristo, para que sean compartidas o anunciadas a otras personas y su luz resplandezca en ellas. (texto parafraseado):

Alabemos y bendigamos a Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque en Él, somos bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestes.  En Él, fuimos escogidos  antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha ante su presencia (Plan de salvación). Por medio de Él, Dios nos hace hijos suyos y herederos de las promesas dadas a su pueblo; para que le alabemos por su gloriosa bondad, con la cual nos bendijo mediante su amado Hijo.
 Por Él, tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
Dios derramó sobre nosotros las riquezas de su generosidad, dándonos sabiduría y entendimiento, para darnos a conocer el designio antes oculto pero ahora revelado según su voluntad. Y  Él en su bondad  se había propuesto realizar en Cristo este designio, de reunir todas las cosas, así las que están en los cielos, como las que están  en la tierra, a su debido tiempo.
En Cristo, Dios nos había escogido de antemano para que tuviéramos parte en su herencia, esto es, ser parte del pueblo de Dios y herederos de las promesas que Dios le hizo a Abraham (Gálatas 3:29); conforme el propósito de Dios mismo, que todo lo hace según la determinación de su voluntad. 
En Él también, que hemos escuchado la palabra de verdad, el evangelio de salvación y habiendo creído en Él, nos ha marcado con su sello, y ha puesto en nuestro corazón el Espíritu Santo como garantía de lo que vamos a recibir,  hasta que haya completado la liberación  y haya hecho de nosotros el pueblo de su posesión, para alabanza de su gloria.

Bendiciones  

jueves, 3 de noviembre de 2011

¿Qué sale de nuestro corazón?



En Mateo 15: 18  Jesús dijo "... lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre". Examinemos nuestro hablar: ¿de qué  hablamos? del amor de Dios o de nuestras pasiones desordenadas, conforme sea nuestro hablar así será el grado de contaminación, y esto se refleja en nuestro  testimonio de vida que presentamos al mundo, el cual debe  ser digno del Señor, y es un proceso día a día;  "Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto". 
Todavía existen en nuestro corazón muchas amarguras ocasionadas por las envidias, celo, enojos, iras, odios e impotencias; que cuando nuestra boca habla, habla amargura y eso es  lo que no nos deja alcanzar una vida de madurez espiritual; Pablo le dice a los de Corintios en su primera carta: " De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.  Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,  porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?" (V1-3).
Veamos, los sitos web y blogs deben ser para anuciar las virtudes de Aquel que nos trasladó de las tinieblas a su luz admirable: JESUCRISTO (1 Pedro 2:9); pero es triste ver en estos, la forma como muchos cristianos murmuran, critican y hasta blasfeman de otros cristianos y denominaciones; sin tener en cuenta lo que Dios nos dice en su Palabra: " Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.  Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?" (Santiago 4:11-12).
Si realmente nuestro corazón estuviera limpio de toda amargura, estas cosas no estuvieran pasando, estaríamos orando unos por otros; " Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:12); pero lastimosamente la boca habla de lo que hay en el corazón. Si bien es cierto que estamos en los últimos tiempos donde se da la aparición de falsos profetas y maestros; es nuestro deber mantener una vida de meditación en la Palabra de Dios, y en la comunión con el Padre y el Hijo mediante su Santo Espíritu; como también ser como los de Berea, consultar las escrituras cuando un ministro enseña o predica. 
Cuando criticamos, murmuramos y juzgamos es porque aún hay cosas que tenemos arraigadas en el corazón; en la compañía del Espíritu Santo de Dios limpiemos nuestro  corazón de toda maldad e iniquidad.  "Mis labios no hablarán iniquidad, ni mi lengua pronunciará engaño" Job 27:4
Dios les bendiga en abundancia.

domingo, 30 de octubre de 2011

La crianza de los hijos

"Ahí tienes al avestruz: aletea alegremente, como si tuviera alas de cigueña, y abandona los huevos en la arena para que se incuben al calor del sol. No piensa que alguien puede aplastarlos, que algún animal puede pisotearlos. Es cruel con sus crías, como si no fueran suyas, y no le importa que resulte inútil su trabajo. Es que yo no le di inteligencia; le negué el buen sentido. Pero cuando se levanta y echa a correr, se ríe de caballos y jinetes" Job 39:13-18


Ésta palabra de las Sagradas Escrituras es un buen ejemplo, para que reflexionemos sobre la importancia de criar nuestros hijos, y no dejarlos a la deriva para que nadie les haga daño; tal como la madre avestruz, que no tienen cuidado de sus crías.
La responsabilidad de la crianza de los hijos es de ambos padres (mamá y papá), y debe estar basada en los mandatos de Dios; pero como madres, coherederas de la gracia de la vida, nos corresponde el cuidado  de nuestros hijos, no importa la edad, ni las circunstancias, son nuestros hijos; la herencia que Dios nos ha dado (Salmo127:3) y que un día estaremos ante su presencia para dar cuenta de ellos.
El apóstol Pablo, en Tito 2:3-5 le recomienda a las ancianas de la iglesia: " Enseñar a las jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos, a ser juiciosas, puras, cuidadosas del hogar, bondadosas y sujetas a sus esposos, para que nadie pueda hablar mal del mensaje de Dios" (el subrayado es mío).
El Señor por boca de Moisés le ordenó al pueblo de Israel que guardaran sus mandamientos para que los pusieran por obra y se los enseñaran a sus hijos y a los hijos de sus hijos todos los días de sus vidas, y dijo: " Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes" (Deuteronomio 6:1-7).
También el Señor como padres nos exhorta a no provocar a ira a nuestros hijos sino a criarlos en disciplina y amonestación del Señor (Efesios 6:4).

Bendiciones


La invitación de Cristo

 

La parábola de la gran cena

"Al oir esto, uno de los que estaban sentados a la mesa le dijo a Jesús:
¡Dichoso el que participe del banquete del reino de Dios!
.Jesús le dijo:
Un hombre dio una gran cena, y mandó invitar a muchas personas.  A la hora de la cena mandó a su criado a decir a los invitados: 'Vengan, porque ya la cena está lista.'  Pero todos comenzaron a disculparse. El primero dijo: 'Acabo de comprar un terreno, y tengo que ir a verlo. Te ruego que me disculpes.'  Otro dijo: 'He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlas. Te ruego que me disculpes.'  Y otro dijo: 'Acabo de casarme, y no puedo ir.'  El criado regresó y se lo contó todo a su amo. Entonces el amo se enojó, y le dijo al criado: 'Ve pronto por las calles y los callejones de la ciudad, y trae acá a los pobres, los inválidos, los ciegos y los cojos.'  Más tarde, el criado dijo: 'Señor, ya hice lo que usted me mandó, y todavía hay lugar.'  Entonces el amo le dijo al criado: 'Ve por los caminos y los cercados, y obliga a otros a entrar, para que se llene mi casa.  Porque les digo que ninguno de aquellos primeros invitados comerá de mi cena".
Lucas 14:15-24

Según el Nuevo Testamento,  podemos observar que los invitados de esta parábola fueron los Judios, quienes rechazaron la invitación del Señor Jesús (Hechos 13:46). Pero sabemos que si se arrepienten, también serán salvos (Romanos 11:22-23-25-26-27).

Hoy día podemos aplicarla para estos tiempos, donde  los afanes de este mundo y el amor por las riquezas hacen que pospongamos cada vez la invitación que Dios nos hace para seguirle, y servirle; cuantos de nosotros hemos elaborado una serie de excusas a nuestro Creador y Salvador para atender a su llamado;  que no nos pase a nosotros lo mismo de la Parábola, desatender su invitación y quedar excluidos de esa gran cena. Detengamos nuestro caminar, reflexionemos, no hay excusa, atendamos el llamado que el Señor Jesucristo nos hace en el día de hoy y sigamos su caminar.
"El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; y el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió." Lucas 10:16
Bendiciones.






sábado, 22 de octubre de 2011

La Palabra de Dios en nuestros corazones

"La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales".
Colosenses 3:16 


Cuando la Palabra rebosa en nuestro corazón, el Espíritu Santo conforme sea el momento que vivamos, Él toma la Palabra precisa para dicha circunstancia trayendo solución a ese momento, porque sabemos que la Palabra trae sanidad, libertad, dirección, seguridad, exhortación, crecimiento espiritual, y esperanza a nuestras vidas. Por eso es tan importante aprenderla, memorizarla y meditarla cada día, para que quede impresa en nuestro corazón.
Cuando estamos en Cristo nuestro lenguaje debe ser la Palabra de Dios, para dar consuelo a los corazones afligidos, para levantar a los caídos, para fortalecer a los débiles, para dar seguridad en momentos en que falta la fe y para exhortar a permanecer firmes. Por tal motivo es necesario y podría decir urgente que como cristianos la Palabra de Dios debe morar en abundancia en nosotros.
¿Si no tenemos Palabra en el corazón de dónde el Espíritu Santo tomará una Palabra para animarnos o hablarnos a nuestro corazón, o de dónde tomará Palabra para levantar a otros a través nuestro?  Nuestras palabras entraran por un oído y saldrán por el otro, no desconozco de la buena intención de nuestras palabras y ayudan por un momento, pero es pasajero, porque sólo la Palabra de Dios es la que trae sanidad, liberación, restauración y firmeza a las personas.
"Toda palabra de Dios es digna de crédito; Dios protege a los que en él buscan refugio". Proverbios 30:5 (NVI).

Dios les bendiga grandemente.




lunes, 17 de octubre de 2011

Cristo vive y reina



Esta Palabra es maravillosa; ¡Él vive! que seguridad tenemos en nuestro Salvador JESUCRISTO, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén (Romanos 9:5). Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos (Romanos 14:8b), fuimos comprados a precio de su sangre preciosa; nuestra vida debe ser de entrega y rendición a Él, para llevar una vida de santidad, por Él debemos permitir una vida dispuesta a su Santo Espíritu para que seamos santificados día a día a través de su Palabra.
En Él estamos completos, ya que en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad (Colosenses 2:9-10). En que mejores manos podrían estar nuestras vidas, sino en las manos de Él, donde nunca nadie nos podrá arrebatar, donde jamás pereceremos; en Él estamos seguros.
Nuestro compromiso personal, debe ser radical y muy convencidos del amor de Jesucristo y del sacrificio en la cruz, quien sufrió la muerte y muerte de cruz para que nosotros tuviéramos vida y vida eterna; ¡qué dádiva de Dios por amor a nosotros! (Romanos 6:23). Por tal motivo nuestras vidas deben ser apartadas del mundo, para vivir vidas santas para Dios,
"No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre" (1juan 2:15-17).

Bendiciones.



martes, 11 de octubre de 2011

La gracia de Dios y nuestra fe

"Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús".  1Corintios 1:4

 La gracia es la  misericordia,  amor y  perdón de Dios;  por medio de la cual da salvación y vida eterna a todos los pecadores, por la fe en Cristo Jesús, a través del Espíritu Santo; quien imparte en nosotros el poder para hacer la voluntad de Dios y apartarnos del pecado.
El don de esa gracia de Dios es la Salvación,  y esta sólo puede obtenerse por la fe.

Veamos qué es fe según el diccionario de la lengua española: Fidelidad en cumplir los compromisos, lealtad, garantía. Confianza. Creencia en los dogmas de una religión. Creencia fervorosa. Fidelidad. Atestiguar, certificar.
El significado es claro; luego, la fe para alcanzar la salvación es creer en Jesucristo, no existe otro medio; en Romanos 10:9 nos dice que "si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, será salvo"  Ahora, nosotros no nos podemos quedar ahí; debemos disponer nuestro corazón día a día, para que la obra del Espíritu Santo de Dios continúe en cada uno de nosotros, santificándonos mediante su Palabra.
Si no creemos,  si no hay un verdadero arrepentimiento, si no hay obediencia y no hay entrega y rendición, no puede haber fe. Porque la fe: 

-Es creer y confiar de todo corazón que Jesucristo murió en la cruz y resucito, y está a la diestra de Dios.  (Romanos 10:9)
-Es tener un genuino arrepentimiento, reconocer que somos pecadores y apartarnos del pecado, con el propósito de rendir nuestra voluntad a Jesucristo.  (Hechos 3:19)
-Es una fiel obediencia  al Señor Jesucristo y a su Palabra;  la fe nos debe llevar a vivir una vida intachable; una vida basada en la santidad.  (Josué 1:8)
-Es entrega y rendición a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.  (Salmo 5:3) 

Esa fe implica vivir en una relación personal día a día, fundamentada en la meditación de su Palabra;  esa fe es la que nos lleva a crecer en el conocimiento de Dios, a dar fruto en toda buena obra y a ser fortalecidos en todo sentido en su glorioso poder (Colosenses 1:10-11).

Que Dios les bendiga.




viernes, 7 de octubre de 2011

Dificultades y padecimientos en nuestra vida cristiana

"Si el justo con dificultad se salva, ¿en dónde aparecerá el impío y el pecador?" 1Pedro 4:18


Esta Palabra no se refiere a la gracia de Dios, a ese regalo inmerecido de la salvación que sólo Dios nos lo da a través de la fe en su Hijo Jesucristo, y de hecho, en él estamos seguros, ¡No! se refiere a las diferentes pruebas por las que pasamos los creyentes, es por eso que el apóstol Pedro nos exhorta a gozarnos de tener parte en los padecimientos de Cristo (V.13); a permanecer fieles en Él, en todos los momentos de sufrimientos; es aquí donde muchos retroceden y no permanecen firmes en Cristo, al contrario debemos tener fortaleza en estos padecimientos, con una convicción ferrea de quienes somos en Cristo y quien es Cristo en nosotros y así llevar una vida intachable por amor a aquel que nos amó y murió en la cruz por nosotros:  JESUCRISTO.

El apóstol Pedro en esta primera carta tenía un propósito y era animar a estos cristianos que se habían convertido del paganismo, a permanecer firmes en Dios a pesar de la difícil situación por la que estaban pasando.
Hoy día, esta carta sigue en pie para nosotros, animándonos a no desfallecer, a no perder la fe,  en estos momentos en que el mundo esta tan revolucionado, hay caos y corrupción en los distintas esferas del gobierno en todo el mundo, guerras, terrorismo, pobreza extrema en los países tercermundistas, el mal uso de los recursos naturales, el recalentamiento de la tierra, problemas sociales de toda índole, la no libertad para predicar el evangelio, la guerra de las religiones, que de una u otra manera repercuten en nuestro entorno personal y familiar,  esto sumado a las  aflicciones y quebrantos a nivel personal.  No permitamos que esta serie de dificultades  nos aparten de nuestro Eterno y fiel Dios. 
Ahora si nosotros estamos en Cristo, y sufrimos todos estos padecimientos firmes en nuestra fe, nos preguntamos qué será del impio y pecador?
"Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado" (1 Pedro 4: 14)

Bendiciones. 

domingo, 2 de octubre de 2011

La ley y la gracia de Dios




Para entender qué es la Gracia y qué es la Ley, es necesario tener definidos los conceptos y así conocer el contexto de la Palabra. Y poder diferenciar lo que es el pueblo de Israel y la Iglesia de Jesucristo.
Veamos pues, el pueblo de Israel vivió en la ley, y la Iglesia de Jesucristo vive en la Gracia; no vive en la ley, por lo tanto no somos el pueblo de Israel; somos el cuerpo de Cristo y él es la cabeza de la  Iglesia. Conociendo esta diferencia,  usted puede escudriñar mejor las Sagradas Escrituras y no dejarse engañar con nuevas doctrinas. Seamos como los de Berea, que todo lo que se les enseñaba lo escudriñaban en las Escrituras para ver si estas cosas eran así (Hechos 17:11). Les presento en forma sencilla y clara estos conceptos.

¿Qué es la Ley?
La Ley existió antes de la gracia; en la Ley, el perdón y la salvación se obtenían por medio de obras; esto era imposible cumplirlo, nadie podía en su totalidad obedecer la ley, lo confirma Gálatas 3:10 que nos dice:  "Quienes ponen su confianza en la ley están bajo maldición, porque la Escritura dice: "Maldito sea el que no cumple fielmente todo lo que está escrito en el libro de la ley"
Por tanto está claro que nadie es reconocido como justo en virtud de la ley, pues la Escritura dice: " El justo por la fe vivirá" Gálatas 3:11. También en Gálatas 2:16 nos dice: "...sabemos que nadie es reconocido como justo por cumplir la ley sino gracias a la fe en Jesucristo".
"Antes de venir la fe, la ley nos tenia presos, esperando a que la fe fuera dada a conocer. La ley era para nosotros como el esclavo que vigila a los niños, hasta que viniera Cristo, para que por la fe obtuviéramos la justicia. Pero ahora que ha llegado la fe, ya no estamos a cargo de ese esclavo que era la ley, pues por la fe en Cristo Jesús todos ustedes son hijos de Dios, ya que al unirse a Cristo en el bautismo, han quedado revestidos de Cristo" Gálatas 3:23-27.
¡Cristo pone término a la ley!

¿Qué es la Gracia?
La gracia es la  misericordia,  amor y  perdón de Dios;  por medio de la cual da salvación y vida eterna a todos los pecadores, por la fe en Cristo Jesús.
 Este concepto está plasmado en Juan 3:16 "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" .
"Dios hizo que Cristo, al derramar su sangre, fuera el instrumento del perdón. Este perdón se alcanza por la fe. ...El quería mostrar en el tiempo presente cómo nos hace justos; pues así como él es justo, hace justos a los que creen en Jesús" Romanos 3:25-26
Esto nos lo confirma Efesios 2:8-9 "Porque por Gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe"
Ahora la libertad que nos ha dado Cristo, no la convirtamos en libertinaje, como nos lo dice Galatas 5:13; y en 1 de Pedro 2:15 -16 "Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios".  
Veamos en  Tito 2.11–13  lo que  nos enseña sobre la gracia de Dios: "Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo".
Esta Palabra nos muestran claramente que la gracia de Dios no se refiere únicamente a su gran misericordia, al amor y al perdón de Dios, sino que se refiere también al poder que Dios nos da a través del Espíritu Santo, para dejar de practicar el pecado en nuestro diario día a día y así vivir una vida de santidad.

Bendiciones.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Renunciar para seguir a Cristo

Cuán difícil es renunciar a algo de lo cual no queremos hacer, cuando Jesús le dijo al joven rico que vendiera todas sus propiedades y se lo diera a los pobres, y luego le siguiera;  este joven se entristeció porque era muy rico (Lucas 18: 18-23).

En el proceso del desarrollo de nuestra vida, y por todas las circunstancias que vamos pasando, nuestro corazón comienza a desencadenar una serie de sentimientos y pasiones que lo van endureciendo, guardando resentimientos, odios, debilidades, hábitos que no agradan a Dios, pensamientos pecaminosos, lujurias, lascivias, miedos, temores, orgullo, envidias, egoísmo, murmuraciones y muchas otras cosas más que contaminan nuestro ser (Marcos 7:15-23) y que son un obstáculos para nuestro crecimiento espiritual, como nos lo dice el Espíritu Santo en Juan 14:33, mientras no renunciemos y eso siga existiendo en nuestro ser interior, no podemos ser sus discípulos. Hay que renunciar a todas estas cosas que no solo nos estancan espiritualmente, sino que también van creando raíces de amargura en nuestro corazón (Hebreos 12:15).

En proverbios 4: 23 nos confirma lo anterior:  “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”. 
Cuando tenemos algo guardado en nuestro corazón que no agrada a Dios, no solo debemos confesarlo, sino también hacer una verdadera renuncia;  y lograr así  una vida de libertad para amarlo, seguirlo y  servirlo con todas las fuerzas de nuestro ser.
Orando y meditando en la Palabra de Dios bajo la dirección de su Santo Espíritu  podemos reconocer y renunciar de todo corazón a aquellas cosas ocultas de la vieja naturaleza que persisten en nuestra vida y que son obstáculo para disfrutar de la libertad en Cristo Jesús.

Mi oración es para que podamos tener una convicción firme de renunciar a todo aquello, que aun seguimos consintiendo en nuestro ser interior, y que no nos deja tener una vida espiritual en victoria.

Bendiciones en abundancia

jueves, 22 de septiembre de 2011

Las bendiciones según nuestras actitudes

"Hagan lo que es recto y agradable a los ojos del Señor, para que les vaya bien y tomen posesión de la buena tierra que el Señor juró dar a los antepasados de ustedes, y para que el Señor haga huir a todos los enemigos que se enfrentan con ustedes, tal como lo ha prometido"
Deuteronomio 6:18-1


Cuando el Señor nos habla de que nos vaya bien y tomemos posesión de la buena tierra, no solamente se trata de la parte económica, sino de que seamos prosperados en todo, como lo dice 3 Juan 2 "Querido hermano, pido a Dios que, así como te va bien espiritualmente, te vaya bien en todo y tengas buena salud". Nuestro Eterno Dios sabe cuáles son nuestras necesidades en nuestra vida material, física y espiritual; Jesús lo expresa así: "Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas", cuando habla de estas cosas en la Palabra, se refiere al alimento y al vestido; pero también hay muchas otras necesidades que quedan explícita en estas.

Conozcamos su Palabra, y así conoceremos todos los requerimientos del Reino de Dios y su justicia; meditando en ella podemos entender los propósitos de su voluntad; Jesús nos dice: "Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará" Juan 15:7.

Bendiciones.

martes, 13 de septiembre de 2011

La mentira

"Pero hubo uno, llamado Ananías, que junto con Safira, su esposa, vendió un terreno...Pedro le dijo:Ananías, ¿por qué dejaste que Satanás te dominara y te hiciera mentir al Espíritu Santo quedándote con parte del dinero que te pagaron por el terreno? ¿Acaso no era tuyo el terreno? ¿Y puesto que lo vendiste, no era tuyo el dinero? ¿Por qué se te ocurrió hacer esto? No has mentido a los hombres, sino a Dios" Hechos 5: 1-4 (DHH)




La mentira es una declaración intencionadamente falsa, dice el diccionario de la lengua castellana.


Es delicado mentir, sea a quien sea, pero más aun si mentimos a un miembro del cuerpo de Cristo, porque al mentir, mentimos al Espíritu Santo que está en esa persona. En Efesios 3:25 nos dice: "Por lo tanto, ya no mientan más, sino diga cada uno la verdad a su prójimo, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo"


¿Por qué no debemos mentir? porque la mentira viene del diablo, que es mentiroso y es padre de mentira (Juan 8:44).
También al mentir cometemos pecado y nos apartamos de Dios, y lo más grave contristamos al Santo Espíritu de Dios


También en Colosenses 3:9 el apóstol Pablo nos exhorta sobre la mentira: "No se mientan los unos a los otros, puesto que ya se han despojado de lo que antes eran y de las cosas que antes hacían"


Bendiciones!!!


jueves, 8 de septiembre de 2011

La protección divina

"Si anduviere yo en medio de la angustia,
 tú me vivificarás;
contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, y me salvará tu diestra".  Salmo 138:7

Cuando estamos bajo el amparo de nuestro Eterno Dios y Padre, no tenemos por qué tener miedo, Él es quien nos protege y nos libra de todo mal y peligro. El peligro está cuando nos apartamos de Él, porque es allí donde estamos expuesto a la obra satánica, no le demos lugar al enemigo, antes bien como dice Santiago 4:7 "Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y él huirá de vosotros".

El mundo puede estar revolucionado en sus aspectos económico, político, social, etc., pero los que estamos en Cristo, confiamos en Él en medio de los sufrimientos; podemos estar atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos (2Corintios 4:8-9).
Nuestro Eterno Dios nos exhorta siempre a renovar nuestra mente, es importante hacerlo, y confiar plenamente en su Palabra y así poder decir con firmeza "...No temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón de mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza" Salmo 46:2-3.
Dios no nos ha dado espíritu de cobardia, sino de poder, de amor y de dominio propio (2 Timoteo 1:7), esta Palabra nos da claridad de lo que tenemos en Cristo, en Él estamos seguros.
¡Qué bienaventurados somos cuando hacemos nuestra,  la Palabra de Dios! En el salmo 91 en sus dos primeros versículos, en la versión Dios habla hoy; el salmista escribe: "El que vive bajo la sombra protectora del Altísimo y Todopoderoso, dice al Señor: tú eres mi refugio, mi castillo, mi Dios, en quien confio"; sólo, cuando declaramos creyendo con nuestro corazón esta Palabra;  los subsiguientes versículos los podemos tomar y aplicar para  nuestro diario vivir, y ver cumplida su promesa.

¡Bendiciones!  

domingo, 28 de agosto de 2011

La plenitud de Dios en el amor de Cristo


“Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”. 1 Corintios 13:2-8-13.

La oración del Apóstol Pablo por los de Éfeso, era que ellos pudieran comprender con todo el pueblo santo cuán grande es el amor de Cristo, y que ese amor fuera la raiz y el fundamento de sus vidas; el que ellos conocieran ese amor mucho más grande que todo cuanto podemos conocer, podrian llegar a ser colmados de la plenitud total de Dios (Efesios 3:16-20).
El fundamento de todo nuestro ser debe ser el amor de Cristo, si no existe este amor en nuestros corazones, no somos nada, no hay humildad de espíritu, hay soberbia  y por lo tanto Dios nos resiste (1Pedro 5:5). 
En romanos 13:8 Dios nos dice: “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley”. El amor del cual habla Pablo es el amor de Cristo, con el cual podemos amar a los enemigos, a soportar a los hermanos en sus debilidades, como también a soportar con gratitud todas aquellas pruebas y quebrantos que pasamos.
Muchas veces decimos que tenemos el amor de Cristo en nuestro corazón, pero aún hay heridas que  no han sanado por la falta de perdón, tenemos en forma oculta rencores y mucho disgusto hacia nuestro prójimo, ese no perdón se traduce en falta de amor, y esto es una muestra de que todavía no se ha perfeccionado el amor de Dios en nuestros corazones; lo cual produce raiz de amargura, y nos puede hacer perder la gracia de Dios, como también por ella podemos causar mucho daño (Hebreos 12:15).
Oremos a Dios para que podamos comprender el gran amor de Cristo, y ser llenos de ese amor en la plenitud de Dios, y así poderlo amar con toda libertad; amar lo que Dios ama y aborrecer lo que Dios aborrece para vivir una vida conforme a los parámetros de Dios y no a los nuestros.
Bendiciones.

martes, 16 de agosto de 2011

Orar una necesidad diaria

"Llegue mi oración delante de ti; líbrame conforme a tu dicho"
Salmo 119:170.

La oración es una de las armas poderosas que tenemos en Dios para todos los eventos de nuestra vida; la oración nace como una necesidad de comunicarnos con nuestro Dios y creador. ¿A quién más nos podemos dirigir que pueda ayudarnos en un momento de crisis?, sólo aquel que sabe quiénes somos, pues es nuestro Creador, el nos hizo y conoce nuestras limitaciones y necesidades y nos ha adoptado como hijos.

Oremos siempre guiados por el Espíritu Santo de Dios, Él conoce nuestra debilidad;  y  nos ayuda a orar como conviene (Romanos 8:26), el no nos paga conforme a nuestras iniquidades, sino a su gran misericordia.

 Nada podemos hacer sin su dirección, Él quiere ayudarnos, y mostrarnos su infinito amor:

“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.”
Salmo 46:10