miércoles, 14 de diciembre de 2011

La Palabra de Dios, cambiando nuestra mente

"Alejen de ustedes la amargura, las pasiones, los enojos, los gritos, los insultos y toda clase de maldad".
Efesios 4:31


El apóstol Pablo nos recomienda desechar el viejo hombre y vestirnos del nuevo hombre creado en Jesucristo (leer Efesios 4:17-32); y así renovar nuestra mente, y esto se hace solamente a través de la Sagrada palabra de Dios en el poder de su Santo Espíritu, no existen fórmulas, ni fuerza humana, sólo nuestra disposición y voluntad para que el Espíritu Santo trabaje en nosotros; rindamos a Él nuestro corazón y el hará.
Al orar examinemos delante de Dios nuestra conducta con el prójimo, y si aún hay amargura, pasiones, enojo, gritos, insultos y toda maldad; tengamos en cuenta que estas actitudes no nos dejan crecer espiritualmente; despojémonos de ese viejo hombre que está viciado conforme a los deseos engañosos (V.22). Esa forma de pensar o juzgar las cosas en nuestra vieja naturaleza, no debe prevalecer, ahora que somos nueva creación en Cristo Jesús; cambiemos esa forma de pensar o juzgar de la vieja naturaleza o el hombre interior, con la única verdad absoluta: La Palabra de Dios en el poder del Espíritu Santo. Si antes decíamos que no podíamos dejar de gritar o de enojarnos porque así era nuestro carácter, y así pensábamos; ahora podemos pensar y expresar con todo nuestro corazón que "todo lo podemos en Cristo que nos fortalece" (Filipenses 4:13); así es como renovamos el espíritu de nuestra mente, con la Palabra de Dios; no con palabras positivas, ¡NO! sólo con la ¡PALABRA DE DIOS! bajo la dirección del Espíritu Santo.
Esa es la verdadera y única forma de renovar nuestra mente.
"No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto".  Romanos 12:2

Bendiciones.