martes, 29 de noviembre de 2011

La verdadera fe: Jesucristo

Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
Marcos 9:23








La fe es creer; creer en CRISTO, el cual es Dios sobre todas las cosas, ¡quien vive y reina por los siglos!
JESUCRISTO es la Palabra viva y eficaz (Hebreos 4:12). La Palabra está escrita, y fue inspirada por Dios, es la verdad absoluta; y nuestra actitud como cristianos es  creer en ella; esperar el tiempo indicado por nuestro Dios para que se cumpla; no nos desesperemos, quitemos toda angustia de nuestro corazón, toda desesperanza, toda incredulidad, todo temor y duda; porque nuestro Señor honra nuestra fe, "El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 Pedro 3:9).
La incredulidad y el temor son las armas de la fe del enemigo (vencido en la cruz); cuando hay incredulidad y todo temor, hay dureza del corazón, por lo tanto, el amor de Cristo no está en nuestro corazón: "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor" (1 de Juan 4:18).
Cuando creemos, hay esperanza, seguridad y firmeza, "Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes" Salmo 27:13.

Bendiciones.



domingo, 27 de noviembre de 2011

El gozo en el Espíritu de Dios


"Pero alégrense todos los que en ti confían; den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en ti se regocijen los que aman tu nombre". 
 Salmo 5: 11

El sólo hecho de tener un día más de vida, nuestra expresión de agradecimiento debe ser de gozo en nuestro Eterno Dios, dando voces de regocijo. Pablo nos exhorta como un mandato a estar siempre gozosos (1 Tesalonicenses 5:16), no importa el momento por el cual estemos pasando ya sea de aflicción o de bienestar; debemos permanecer firmes en Él, con gozo en el Espíritu, creciendo cada día en nuestro Señor, en una actitud de deleite; sabiendo que cuando nos deleitamos en Él, nuestro Eterno Dios nos concede las peticiones de nuestro corazón (Salmo 37:4). La alegría y el gozo que nuestro Dios nos da en su Espíritu, es resultado de una vida de entrega y rendición a Él, de oración y meditación de su Palabra día a día.
Bendiciones.

martes, 15 de noviembre de 2011

El amor y el propósito de Dios en Cristo Jesús


"Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable".

1 Pedro 2:9

En respuesta al amor de nuestro Eterno Dios mediante nuestro Señor Jesucristo, su Hijo Amado; debe ser la de anunciar a otros las virtudes de Cristo, las cuales son motivadas como resultado de una relación personal cada día con Él, basada en la oración  y meditación de las Sagradas Escrituras, conforme a su voluntad, en la guianza de su Santo Espíritu.

Veamos Efesios 1:1-14 , texto que nos muestra el amor y propósito de Dios en Jesucristo, para que sean compartidas o anunciadas a otras personas y su luz resplandezca en ellas. (texto parafraseado):

Alabemos y bendigamos a Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque en Él, somos bendecidos con toda bendición espiritual en los lugares celestes.  En Él, fuimos escogidos  antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha ante su presencia (Plan de salvación). Por medio de Él, Dios nos hace hijos suyos y herederos de las promesas dadas a su pueblo; para que le alabemos por su gloriosa bondad, con la cual nos bendijo mediante su amado Hijo.
 Por Él, tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
Dios derramó sobre nosotros las riquezas de su generosidad, dándonos sabiduría y entendimiento, para darnos a conocer el designio antes oculto pero ahora revelado según su voluntad. Y  Él en su bondad  se había propuesto realizar en Cristo este designio, de reunir todas las cosas, así las que están en los cielos, como las que están  en la tierra, a su debido tiempo.
En Cristo, Dios nos había escogido de antemano para que tuviéramos parte en su herencia, esto es, ser parte del pueblo de Dios y herederos de las promesas que Dios le hizo a Abraham (Gálatas 3:29); conforme el propósito de Dios mismo, que todo lo hace según la determinación de su voluntad. 
En Él también, que hemos escuchado la palabra de verdad, el evangelio de salvación y habiendo creído en Él, nos ha marcado con su sello, y ha puesto en nuestro corazón el Espíritu Santo como garantía de lo que vamos a recibir,  hasta que haya completado la liberación  y haya hecho de nosotros el pueblo de su posesión, para alabanza de su gloria.

Bendiciones  

jueves, 3 de noviembre de 2011

¿Qué sale de nuestro corazón?



En Mateo 15: 18  Jesús dijo "... lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre". Examinemos nuestro hablar: ¿de qué  hablamos? del amor de Dios o de nuestras pasiones desordenadas, conforme sea nuestro hablar así será el grado de contaminación, y esto se refleja en nuestro  testimonio de vida que presentamos al mundo, el cual debe  ser digno del Señor, y es un proceso día a día;  "Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto". 
Todavía existen en nuestro corazón muchas amarguras ocasionadas por las envidias, celo, enojos, iras, odios e impotencias; que cuando nuestra boca habla, habla amargura y eso es  lo que no nos deja alcanzar una vida de madurez espiritual; Pablo le dice a los de Corintios en su primera carta: " De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.  Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,  porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?" (V1-3).
Veamos, los sitos web y blogs deben ser para anuciar las virtudes de Aquel que nos trasladó de las tinieblas a su luz admirable: JESUCRISTO (1 Pedro 2:9); pero es triste ver en estos, la forma como muchos cristianos murmuran, critican y hasta blasfeman de otros cristianos y denominaciones; sin tener en cuenta lo que Dios nos dice en su Palabra: " Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.  Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?" (Santiago 4:11-12).
Si realmente nuestro corazón estuviera limpio de toda amargura, estas cosas no estuvieran pasando, estaríamos orando unos por otros; " Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:12); pero lastimosamente la boca habla de lo que hay en el corazón. Si bien es cierto que estamos en los últimos tiempos donde se da la aparición de falsos profetas y maestros; es nuestro deber mantener una vida de meditación en la Palabra de Dios, y en la comunión con el Padre y el Hijo mediante su Santo Espíritu; como también ser como los de Berea, consultar las escrituras cuando un ministro enseña o predica. 
Cuando criticamos, murmuramos y juzgamos es porque aún hay cosas que tenemos arraigadas en el corazón; en la compañía del Espíritu Santo de Dios limpiemos nuestro  corazón de toda maldad e iniquidad.  "Mis labios no hablarán iniquidad, ni mi lengua pronunciará engaño" Job 27:4
Dios les bendiga en abundancia.