domingo, 31 de julio de 2011

Conociendo al Padre Celestial

"Y SERE PARA VOSOTROS POR PADRE, Y VOSOTROS ME SEREIS HIJOS E HIJAS, DICE EL SEÑOR TODOPODEROSO"
2 Corintios 6:18








He escuchado a muchas personas decir que según el padre que hayamos tenido en la tierra, así vemos a nuestro Eterno Dios como Padre, esta analogía nos da una idea clara acerca de ¿por qué hay tanta dificultad para conocer a nuestro Dios como Padre?.
Esta situación la vemos en el hijo pródigo Lucas 15: 29-30, el hijo mayor le reclama al padre por el regocijo y la fiesta que celebraba por el regreso a casa de su hermano menor, quien había malgastado todos sus bienes, pero también le expone su tiempo, su obediencia  y le reprocha que nunca le hubiera regalado un cabrito para festejar con sus amigos.  La respuesta del padre nos da a entender, que este hijo mayor no disfrutaba de lo que tenía su padre, porque la verdad no lo conocía: “HIJO MIO, TU SIEMPRE ESTAS CONMIGO, Y TODO LO QUE TENGO ES TUYO” (V.31). Así mismo nos pasa a nosotros hoy día, el hecho de no conocer las bondades y misericordias de nuestro Dios y Padre Celestial, nos llevan a vivir situaciones difíciles, y como el hijo mayor de la historia en mención, también le reclamamos el tiempo que llevamos de Cristianos, nuestro esfuerzo por obedecerle, y que nunca nos ha dado algo más para festejar con nuestras amistades; y tenemos la osadía de expresarle que  otros hermanos como el hijo pródigo reciben muchas bendiciones que no se la merecen. Cuántos de nosotros en medio de las necesidades hemos reclamado con enojo a nuestro Padre Celestial;  y en Job 40:2 nos dice que allí no hay sabiduría;  y no contentos con ello, no hemos querido entrar a casa a festejar, y esto significa abandonar la comunión con el Padre Celestial. 
 Es a través de la obra del Espíritu Santo que  debemos renovar nuestra mente mediante su Palabra y vivir una vida acorde a nuestra posición como hijos de Dios; y tener una convicción férrea y profunda en nuestro ser interior, de quienes somos en Cristo y quien es Cristo en nosotros; solo por Él tenemos derecho a la paternidad de Dios.
Es a través de Jesús que Dios se daría a conocer como padre: “MI PADRE ME HA ENTREGADO TODAS LAS COSAS. NADIE CONOCE REALMENTE AL HIJO, SINO EL PADRE, Y NADIE CONOCE REALMENTE AL PADRE, SINO EL HIJO, Y AQUELLOS A QUIENES EL HIJO QUIERA DARLO A CONOCER” Mateo 11:27
 “NADIE HA VISTO JAMAS A DIOS; EL HIJO UNICO, QUE ES DIOS Y QUE VIVE EN INTIMA COMUNION CON EL PADRE, ES QUIEN NOS LO HA DADO A CONOCER” Juan 1:18.

 Cuando Jesús enseñaba, predicaba y sanaba toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo (Mateo 4:23), el propósito era  manifestar el amor y misericordia del Padre que estaba en él,  a los suyos. Lo vemos en Juan 10:30  “EL PADRE Y YO SOMOS UNO SOLO” ; cuando Felipe le dice que les deje ver al Padre, Jesús le contesta: “EL QUE ME HA VISTO A MI, HA VISTO AL PADRE; ¿POR QUE ME PIDES QUE LES DEJE VER AL PADRE? ¿NO CREES QUE YO ESTOY EN EL PADRE Y EL PADRE ESTA EN MI?” Juan 14:9-10.
Bendiciones

domingo, 10 de julio de 2011

La murmuración

"Y NINGUNO DE VOSOTROS PIENSE MAL EN SU CORAZON CONTRA SU PROJIMO, NI AMEIS EL JURAMENTO FALSO, PORQUE TODAS ESTAS SON COSAS QUE ABORREZCO, DICE EL SEÑOR"
Zacarías 8:17 




En el diccionario castellano o español encontramos que MURMURACION significa: Conversación en que se critica a un ausente.
Observamos a lo largo de las Sagradas escrituras como Dios abomina la murmuración y el juzgar contra el prójimo, lo vemos cuando su pueblo Israel murmuraba constantemente contra Él y le reclamaban a Moises; también en Números 12: 1-16 cuando Aarón y su hermana María hablaron contra Moises; la ira del Señor contra ellos fue terrible, María estaba leprosa. En Mateo 20:1-16  en la parábola sobre "los obreros de la viña"  Jesús compara el reino de los cielos con un hombre, padre de familia que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. En el versículo 13 vemos al padre de familia contrariado  por aquellos que murmuraban por el pago del salario.
En 1 Pedro 2:1 parte a, el Señor nos dice:  "Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones..." ( Detracción significa murmuración) lo del paréntesis y subrayado es mio; detracciones está en plural, lo cual encierra toda clase de murmuración; muchas veces hacemos alusión de que murmuramos porque es para mejorar la obra de Dios, no nos engañemos y no le permitamos al enemigo tomar ventaja en ello, porque si Dios dice que abomina al que piensa mal de su prójimo, cuanto mas cuando lo murmuramos con nuestros labios. La Santa Biblia esta llena de ejemplos de lo malo y peligroso que es murmurar y juzgar a sus escogidos.
Mi consejo y experiencia es que en nuestra comunión con nuestro Eterno Dios y su hijo Jesucristo oremos por aquellas personas que creemos, estan actuando en contravia de lo que Dios ha establecido en su Palabra, sólo a Él le corresponde actuar en su infinito amor en esas personas, mediante su Santo Espíritu, Él es el único que transforma corazones y vidas, nosotros no podemos cambiar a nadie, ni aún a nosotros mismos. Constantemente fallamos en nuestro actuar día a día, levantando murmuración contra nuestros hermanos en Cristo defendiendo la obra de Dios; pero lo que no sabemos es que a nuestro Señor no le agrada ésto, como dice el Salmista: "Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. (Salmo 19:12).
Que Dios le bendiga en abundancia. 

domingo, 3 de julio de 2011

Confiando en Dios en tiempos de aflicción

"NO SE AFLIJAN POR NADA,SINO PRESÉNTESELO TODO A DIOS EN ORACION; PIDANLE, DENLE GRACIAS TAMBIEN".   Filipenses 4:6
                         

¡Qué maravilloso es tener esa esperanza en Dios! Se siente una paz inefable en el corazón, y podemos decir como el salmista: “Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia. Por eso no tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra, aunque se hundan los montes en el fondo del mar, aunque ruja el mar y se agiten sus olas, aunque tiemblen los montes a causa de su furia” (Salmo 46:1-3). Esta expresión de confianza es la que debemos tener arraigada en nuestro corazón, que suceda lo que suceda nunca demos un paso atrás de esa fe que Dios nos ha dado en su hijo Jesucristo. Porque en Él esta nuestra fortaleza para afrontar toda aflicción.


Muchas veces Dios nos pasa por aflicciones, quebrantos de corazón con el único propósito de probarnos, “…a fin de conocer sus pensamientos y saber si iban a cumplir o no sus mandamientos” (Deuteronomio 8:2 b).
Para esos momentos Santiago 1: 1-3 nos dice: “Hermanos míos, ustedes deben tenerse por muy dichosos cuando se vean sometidos a pruebas de toda clase. Pues ya saben que cuando su fe es puesta a prueba, ustedes aprenden a soportar con fortaleza el sufrimiento”.

Es por eso que no debemos afligirnos sino que presentemos nuestra causa a Dios;  porque si en algo debemos confiar, es que Dios nos escucha y aun mas cuando hemos elevado nuestra plegaria a través de su Hijo Jesucristo.

Confiemos en  Dios y Él hará (Salmo 37:5b).

Bendiciones