lunes, 11 de enero de 2016

La fe, el poder de la oración

Tengan fe en Dios —respondió Jesús—.Les aseguro que si alguno le dice a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, creyendo, sin abrigar la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá. Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán. Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados. Marcos 11:11-25
Al analizar este texto vemos que para obtener respuesta a nuestras peticiones hay que tener en cuenta tres cosas que están dentro del texto:
No dudar, creer 
Creer que ya se ha recibido.
Perdonar.

Cuando estamos clamando a Dios por una petición, vienen a nuestra mente una cantidad de pensamientos de cómo, dónde, cuándo, qué medio va a utilizar, y si es o no la voluntad de Dios de recibir lo que pedimos, entonces entra la duda y el temor; que es lo contrario a la fe, y la fe es creer; sólo la fe es lo que nos permite alcanzar lo que estamos pidiendo. También, antes de hacer una petición debemos de alinearla con la Palabra de Dios, si es o no su voluntad:
Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido. 1 Juan 5:14-15

Cuando Jesús nos dice: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán, se trata de descansar, porque cuando uno recibe lo esperado, ¡descansamos!  y damos ¡gracias! pero que hacemos: nuestra mente se da a la tarea de visualizar lo que queremos tener, y se da inicio a una serie de ejercicios mentales y no se trata de mentalizar,  porque al mentalizar podemos caer en la duda, y en ciertas filosofías; y la verdad se trata es de descansar en la plenitud que nos da la fe, y tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos. Hebreos 11:1
Ese descanso implica espera, y en ésta se ejercita uno de los frutos del Espíritu, la paciencia. Descansar, y esperar es dejar todas nuestras peticiones en las manos de nuestro Señor Jesucristo, quien nos dijo: Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar.  Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros.
Mateo 11:28-30

Perdonar, también produce descanso a nuestra alma; los enojos, las iras, las envidias, egoísmos y los odios hacia nuestro prójimo, son actitudes de nuestra alma que deben ser tratadas por el Espíritu Santo de Dios, si no hay perdón tampoco habrá respuesta a nuestras peticiones, y como pretendemos obtener el perdón de Dios, cuando nosotros no podemos perdonar ni perdonarnos a nosotros mismos. Hay sentimientos de culpabilidad en nosotros y hacia otros, que deben de ser sanados; sólo en la presencia del Espíritu Santo puede ser perdonada toda culpabilidad, y es allí donde podemos perdonarnos a si mismos, y perdonar a los demás. 
Si perdonas a los que pecan contra ti, tu Padre celestial te perdonará a ti;  pero si te niegas a perdonar a los demás, tu Padre no perdonará tus pecados. Mateo 6:14-15

Un abrazo lleno de bendiciones.





sábado, 2 de enero de 2016

2016 nuevo año de esperanza y gratitud

Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.
1 Tesalonicenses 5: 18.


Hay tantas razones para decirle a nuestro Amado Dios y Padre GRACIAS: por nuestra vida, por nuestra familia, por todas nuestras bendiciones y aún por los momentos de debilidad, por las malas decisiones que nos llevaron a tener aflicción en nuestra alma y que a pesar de esos momentos difíciles, pudimos ver la mano de favor de nuestro amado Padre; son tantas y tantas cosas por las cuales estar tan agradecidos de nuestro Eterno Dios, que no alcanzaríamos a enumerarlas.

También es momento de hacer planes en la compañía de nuestro Señor, y poner toda nuestra confianza en Él, creyendo que todo lo que ponemos en sus manos será bendecido; es por ello que le entregamos nuestros propósitos materiales, físicos y espirituales y todas aquellas cosas que queremos realizar durante este 2016. 
Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán. Proverbios 16:3

Que este nuevo año sea una oportunidad para vivir cada día en el gozo del Señor; disfrutando y aprendiendo de cada circunstancia que la vida nos ofrece, no es fácil pero tampoco es difícil; con la fortaleza que nos da su Santo Espíritu podemos lograrlo.
Entonces me llenare de alegría a causa del Señor mi Salvador. Le alabaré aunque no florezcan las higueras ni den fruto los viñedos y los olivares; aunque los campos no den su cosecha; aunque se acaben los rebaños de ovejas y no haya reses en los establos. Porque el Señor me da fuerzas; da a mis piernas la ligereza del ciervo y me lleva a alturas donde estaré a salvo. Habacuc 3:17-19

!FELIZ AÑO NUEVO  2016!
Un abrazo lleno del amor de Dios