lunes, 23 de enero de 2012

Pensamientos de bien, un vida de victoria

"Por último, hermanos, piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza"
Filipenses 4:8




En nuestra mente se opera toda clase de pensamientos, por eso el apóstol Pablo nos exhorta a tener pensamientos que tengan virtud alguna, y desechar todo pensamiento que sea contrario a lo que el Espíritu Santo de Dios nos habla a través del apóstol.
En Efesios 4:22-23 nos anima también, no solo de renovar la mente, sino también de despojarnos de la vieja naturaleza (la adánica).
Si es bien cierto que la obra la hace el Santo Espíritu de Dios en cada vida, nuestra parte es la de disponer nuestro corazón cambiando actitudes, que van en contra de los mandatos de Dios. Nuestro Eterno Dios no participa en los procesos de renovación si nosotros no actuamos en fe, desechando todo aquello que nos impide revestirnos de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios y que se distingue por una vida recta y pura, basada en la verdad, que es la Palabra de Dios. "Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres" Juan 8:32.
La Palabra de Dios es una de las armas poderosa para destruir fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo (2 Corintios 10:4-5).

Todo pensamiento destructivo, causa en nuestra vida estancamiento espiritual; miedos que impiden el crecimiento de la fe; inseguridades que nos llevan a una vida de doble ánimo; nubosidad de nuestro entendimiento para discernir entre lo bueno y lo malo, todo estas son situaciones que permiten puertas abiertas al enemigo.
Cuando somos nuevas criaturas en Cristo Jesús, el enemigo no tiene poder sobre nuestras vidas, SOLO TIENE PODER CUANDO LE ABRIMOS PUERTAS, cerremos toda puerta sometiéndonos a Dios.
"Someteos, pues a Dios. Resistid al diablo, y él huirá de vosotros" Santiago 4:7 

Queridos(as) hermanos(as) en Cristo, una de mis responsabilidades en estos escritos sobre la Palabra de Dios, es animarle siempre a llevar una vida diaria de oración y meditación de la Palabra, y esta  sea guardada en el corazón para una vida de santidad. También hago énfasis en la renovación de la mente, porque cuando se cambia la forma de pensar basada en los pensamientos de Dios, su Palabra; hay victoria en Cristo Jesús sobre una vida espiritual reflejada en un mundo físico.
Apropiémonos de la Palabra de Dios y que ella sea nuestra guia y dirección en toda la expresión de la palabra, viviendo vidas de testimonio.
"No quites de mi boca la palabra de verdad, pues he puesto mi esperanza en tus decretos. ¡Quiero poner en práctica tu enseñanza, siempre, por toda la eternidad! Así podré vivir en libertad, pues he seguido tus preceptos " Salmo 119 43-45.

Bendiciones.