jueves, 12 de enero de 2012

El sufrimiento

"Porque el Señor no desecha para siempre; antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres".
Lamentaciones 3:31-33




De acuerdo con el Diccionario de la lengua española, SUFRIR significa lo siguiente:
-Sentir un dolor físico o moral.
-Recibir con resignación un daño moral o físico.
-Resistir, soportar.
-Someter a cierta prueba, cambio, fenómeno, etc.


Si observamos estas definiciones, no es fácil soportarlas cualquiera que sea, y de hecho el sufrimiento, sea moral o físico es bastante duro y difícil de aceptar, veamos ésta porción bíblica en el libro de Rut:
"Pero ella les respondía: –Ya no me llamen Noemí; llámenme Mará, porque el Dios todopoderoso me ha llenado de amargura.
Salí de aquí con las manos llenas, y ahora las traigo vacías porque así lo ha querido el Señor. ¿Por qué me llaman Noemí, si el Señor todopoderoso me ha condenado y afligido?" 1:20-21


En éste versículo podemos apreciar el dolor de Noemí tanto físico como moral, había perdido su esposo y sus dos hijos, como también lo que ellos materialmente habían llevado a Moab.

Cuando pasamos por un sufrimiento lo primero que hacemos es ¿por qué a mí? y damos inicio a una serie de preguntas a nuestro Eterno Dios, nos sentimos agredidos por Dios, pensamos que somos demasiado justos, que no hay derecho de pasar por ese sufrimiento, que a Dios se le está pasando la mano, y que es injusto todo lo que nos pasa; pero lo cierto es que no conocemos su voluntad, lo que sí sabemos es que Dios dice:
"Y ya habéis olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se os dirige: "Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama, y azota a todo el que recibe como hijo". Lo que soportáis es para vuestra disciplina, pues Dios os está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina? Si a vosotros se os deja sin la disciplina que todos reciben, entonces sois bastardos y no hijos legítimos". Hebreos 12:4-8 
Que no desfallezca nuestro corazón, que no volvamos atrás, porque Dios es grande en su amor, y estamos seguros de que su mano de poder y misericordia actuará en el momento propicio, Él nunca nos desamparará, ni nos dejará (Hebreos 13:5).

Confía en Dios, Él hará.    
Un abrazo