viernes, 27 de enero de 2012

Nuestra gratitud a Dios

"Ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias, y cumple tus votos al Altísimo; e invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me honrarás".
Salmo 50: 14-15


Es tan maravilloso tener gratitud a Dios por todas sus bondades y misericordias, que hermoso es poder expresarle nuevos cánticos y palabras de alabanzas a nuestro REY y SEÑOR, cada día por el abrigo y el sustento, por la familia que nos ha regalado, por el país donde vivimos, por la salud, por su amistad; porque Él está con nosotros en cada instante de nuestras vidas, por darnos la salvación y la vida eterna, por todas sus bendiciones, en fin hay tantas cosas por las cuales debemos dar gracias; veamos el Salmo 150 como el salmista expresa su gratitud al Único y Eterno Dios y Creador:
"¡Aleluya! Alabad a Dios en su santuario; alabadle en su majestuoso firmamento. Alabadle por sus hechos poderosos; alabadle según la excelencia de su grandeza. Alabadle con sonido de trompeta; alabadle con arpa y lira. Alabadle con pandero y danza; alabadle con instrumentos de cuerda y flauta. Alabadle con címbalos sonoros; alabadle con címbalos resonantes. Todo lo que respira alabe al SEÑOR. ¡Aleluya!" Salmo 150: 1-6
También el salmista nos recomienda en el Salmo 50:14-15 cumplir con las promesas a nuestro Dios:
"Cuando haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque El no se deleita en los necios. El voto que haces, cúmplelo" Eclesiastés 5:4. Esto es muy claro, cada vez que hagamos promesa ya sea a Dios o alguna persona, lo más sensato es cumplirlas, porque la verdad no hay mejor cosa, que cumplir con lo prometido, da paz a nuestra alma.
Anteriormente nuestra palabra tenía valor, las personas creían en nuestra palabra, pero la maldad se ha ido entronando en el corazón de los seres humanos, que ahora en este tiempo es difícil creerle a la gente, no es fácil creer, hay tanto engaño, que pueden las personas estar de rodillas prometiéndonos el cielo y la tierra, que nuestro corazón se endurece ante tal promesa. Por amor y gratitud a nuestro Señor Jesucristo, debemos marcar la diferencia respecto al común de las personas del mundo, porque todos tienen los ojos puestos en nosotros los cristianos, todo mundo espera de nosotros, aun la creación misma espera la manifestación de los hijos de Dios (Romanos 8:19)
Nosotros como hijos de Dios, esperamos siempre en sus promesas, y la palabra que hoy nos regala el Señor Jesucristo en el salmo 50, nos trae una gran promesa: Invócame en el día de la angustia yo te libraré y tú me honrarás; tremenda promesa, ¿Cómo no vamos a honrar a nuestro Eterno Dios? si Él es quien nos libra de toda angustia, es nuestro Creador, el que sustenta nuestra vida, quien nos da su fuerza, nuestro TODO, quien nos libra de todos los temores, enfermedades, situaciones difíciles; tenemos tanto que agradecerle y honrarle, que son pocas las palabras para expresárselo.
Puedo decirte al unísono con todas las personas que siguen este blog que eres nuestro DIOS, TE AMAMOS, en CRISTO JESUS, nuestras palabras son tan sencillas, pero con un profundo y sincero amor, para expresarte que eres el centro de nuestra vida, el eje de todo lo que nos rodea, de todo lo que somos y de todo lo que tenemos, de todo lo que existe; ¡TU LO LLENAS TODO Y EN TI ESTAMOS COMPLETOS, BENDITO DIOS Y SEÑOR JESUCRISTO!
Que gozo es poder expresarle nuestra gratitud en la calidez de su presencia, deleitémonos en Él cada día de nuestro existir, ¡Bendito Dios!

Muchas bendiciones.