domingo, 20 de mayo de 2012

Abriendo puertas de bendición

"La Escritura dice: Ha dado generosamente a los pobres y su justicia permanece para siempre. Dios que da la semilla que se siembra y el alimento que se come, os dará todo lo necesario para vuestra siembra, y la hará crecer y hará que vuestra generosidad produzca una gran cosecha"
2 Corintios 9:9-10

    Según el diccionario castellano:
    Generosidad:
    -Tendencia a ayudar a los demás y a dar las cosas propias sin esperar nada a cambio.
    -Nobleza o grandeza de carácter.
La generosidad es una actitud del corazón, que sólo puede realizarla el Santo Espíritu de Dios; no todas las personas les nace ser generosas pero, sí por obediencia lo hacen; abriendo grandes puertas de bendición para sus vidas tanto en el plano familiar como personal.

Si observamos el capítulo 6: 1-18 de Mateo, encontramos tres (3) aspectos por los cuales recibimos recompensas de nuestro Padre Celestial, y de lo primero que hace mención es de las limosnas, luego la oración y por último el ayuno.

Respecto de las limosnas no sólo es dar a personas, sino reconocer a Dios como el dador de todo lo que tenemos y dar conforme a como hemos sido prosperados, ¡más allá del diezmo! Dios es fiel y lo que ha prometido lo dará.

En Marcos 7: 9-13 nos dice: "También les dijo: Para mantener sus propias tradiciones, ustedes pasan por alto el mandato de Dios. Pues Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y el que maldiga a su padre o a su madre, será condenado a muerte.
Pero ustedes afirman que un hombre puede decirle a su padre o a su madre: No puedo ayudarte, porque todo lo que tengo es corbán (es decir: "ofrecido a Dios"); y también afirman que quien dice esto ya no está obligado a ayudar a su padre o a su madre. De esta manera ustedes anulan la Palabra de Dios con esas tradiciones que se transmiten unos a otros. Y hacen otras muchas cosas parecidas".

Una forma de maldecir a nuestros padres es no darle honra con nuestras ofrendas, amor, cuidado y respeto; cuando honramos los padres con respeto y amor, como consecuencia de esto, reconocemos una ofrenda voluntaria y generosa por todos los momentos de entrega y cuidados que ellos dieron en nuestra crianza y de haber sido parte de la gracia de la vida. Es una retribución a esa generosidad de ellos, que muchos no la necesitan, pero produce en nosotros como hijos, grandes puertas de bendición, y muchos días de vida sobre la tierra.

Si esto es para nuestros padres terrenales, como será cuando honramos a nuestro DIOS Y PADRE CELESTIAL, con nuestras ofrendas, amor y una vida de rectitud "Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos también, junto con su Hijo, todas las cosas?" Romanos 8:32.

Bendiciones.