domingo, 3 de julio de 2011

Confiando en Dios en tiempos de aflicción

"NO SE AFLIJAN POR NADA,SINO PRESÉNTESELO TODO A DIOS EN ORACION; PIDANLE, DENLE GRACIAS TAMBIEN".   Filipenses 4:6
                         

¡Qué maravilloso es tener esa esperanza en Dios! Se siente una paz inefable en el corazón, y podemos decir como el salmista: “Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia. Por eso no tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra, aunque se hundan los montes en el fondo del mar, aunque ruja el mar y se agiten sus olas, aunque tiemblen los montes a causa de su furia” (Salmo 46:1-3). Esta expresión de confianza es la que debemos tener arraigada en nuestro corazón, que suceda lo que suceda nunca demos un paso atrás de esa fe que Dios nos ha dado en su hijo Jesucristo. Porque en Él esta nuestra fortaleza para afrontar toda aflicción.


Muchas veces Dios nos pasa por aflicciones, quebrantos de corazón con el único propósito de probarnos, “…a fin de conocer sus pensamientos y saber si iban a cumplir o no sus mandamientos” (Deuteronomio 8:2 b).
Para esos momentos Santiago 1: 1-3 nos dice: “Hermanos míos, ustedes deben tenerse por muy dichosos cuando se vean sometidos a pruebas de toda clase. Pues ya saben que cuando su fe es puesta a prueba, ustedes aprenden a soportar con fortaleza el sufrimiento”.

Es por eso que no debemos afligirnos sino que presentemos nuestra causa a Dios;  porque si en algo debemos confiar, es que Dios nos escucha y aun mas cuando hemos elevado nuestra plegaria a través de su Hijo Jesucristo.

Confiemos en  Dios y Él hará (Salmo 37:5b).

Bendiciones