sábado, 23 de marzo de 2019

La Providencia de Dios.

Yo sé, oh SEÑOR, que no depende del hombre su camino, ni de quien anda el dirigir sus pasos. Repréndeme, oh SEÑOR, pero con justicia, no con tu ira, no sea que me reduzcas a nada.
Jeremías 10:23-24

Sabemos que la Biblia fue inspirada por Dios, y que en ella reconocemos que Dios sustenta todas las cosas con la palabra de su poder (Hebreos 1:3b) y que gobierna con su sabiduría infinita nuestras vidas, por lo tanto nuestra confianza debe estar puesta en Él, echando toda nuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de nosotros (1 Pedro 5:7).
Por lo tanto debemos confiar en nuestro Eterno Dios  entregando nuestras vidas, y nuestras familias en sus manos como también todos nuestros proyectos, porque en Él estamos seguros; separados de Él nada podemos hacer y fuera de Él no existe ningún bien.
Al entender que Dios sustenta, provee y gobierna al mundo y todo lo que en el hay, nuestra confianza debe estar puesta en Él; ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito. Romanos 8:28. Por lo tanto, no debemos temer; entendiendo que debemos ser diligentes en todas las cosas  bajo la dirección del Santo Espíritu de Dios; porque solo a través de Él y de su infinito amor podemos ser capacitados para regocijarnos en los sufrimientos, porque sabemos que los sufrimientos producen paciencia, y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado Romanos 5: 1-5

 Al hombre le toca hacer planes, y al Señor dirigir sus pasos. Proverbios 16: 9

Bendiciones.