sábado, 14 de julio de 2012

Nuestra conversión al Señor jesucristo


"Pero cada vez que alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. Ahora bien, el Señor es el  Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu".     2 corintios 3:16-18

Conversión:

(Diccionario de la lengua española)
- Cambio de una cosa en otra: conversión de pesetas en euros.
- Cambio de ideas, opiniones, creencias: conversión religiosa

La conversión en el sentido espiritual, no solo se trata de cambiar creencias, se trata de la convicción en nuestro corazón de lo que hemos creído, y en quien hemos creído, lo cual se da a través de la obra MARAVILLOSA del ESPIRITU SANTO; no se trata sólo de confesar, se trata de ir más allá, se trata de ese obrar del Espíritu Santo, cuando en un genuino arrepentimiento volcamos nuestro corazón a Dios, cuando entendemos y comprendemos que nuestras actitudes o forma de vivir no está conforme a la voluntad de Dios, nuestra conciencia nos dice que no estamos obrando bien. Es allí cuando en un corazón contrito y humillado a Dios reconocemos y confesamos nuestro pecado, porque en nuestro corazón hay la certeza de que Cristo Jesús vive; es por eso que con nuestra boca confesamos que Él es nuestro Señor; entonces es cuando la luz resplandece sobre nosotros y su gloria nace en nuestros corazones (Isaías 60:1); ¡GLORIA A DIOS! HEMOS NACIDO DE NUEVO, somos nuevas criaturas en Cristo Jesús, la obra maravillosa del Espíritu se ha realizado, y continua perfeccionándola hasta el día de Jesucristo (Filipenses 1:6). En ese momento se inicia una verdadera metamorfosis, hay un cambio radical en nuestras vidas, ¡la obra fue hecha por el Espíritu Santo de Dios!, no fue hecha por un hombre, ni por una institución, y como dice su Palabra "Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios permanece en él; no puede practicar el pecado, porque ha nacido de Dios" (1 Juan 3:9); ya no pecamos voluntariamente, pues es bien cierto que se sigue en una lucha espiritual con nuestra vieja naturaleza, pero también es cierto que si pecamos dice nuestro Señor, tenemos un abogado para con el Padre a Jesucristo el justo (1 Juan 2:1). El proceso de santificación lo hace el Espíritu Santo de Dios mediante su Palabra, cuando nuestro corazón se dispone para ello; "Pero Dios nuestro Salvador mostró su bondad y su amor por la humanidad, y, sin que nosotros hubiéramos hecho nada bueno, por pura misericordia nos salvó lavándonos y regenerándonos, y dándonos nueva vida por el Espíritu Santo" Tito 3:4-5

Hay que tener muy presente lo que nos dice nuestro Señor: "Todo el que permanece en él, no practica el pecado. Todo el que practica el pecado, no lo ha visto ni lo ha conocido"  
1 Juan3:6; el subrayado es mío, y quiero resaltarle que nuestra vida espiritual depende de nuestra permanencia en Cristo Jesús, suceda lo que suceda, pasemos las aflicciones que pasemos, nuestra firmeza en Cristo Jesús nos da la victoria para vivir una vida de obediencia, de santidad, y de bendición en todas las áreas de nuestra vida ¡Bendito Dios Señor nuestro!

Bendiciones.