“Pero
os rogamos hermanos, que reconozcáis a los que con diligencia trabajan entre
vosotros, y os dirigen en el Señor y os instruyen, y que los tengáis en muy alta estima con amor,
por causa de su trabajo. Vivid en paz los unos con los otros”. 1Tesalonicenses 5:12-13
Esta Palabra es de gran bendición para nuestras vidas cristianas, Dios es muy sabio al inspirarla en Pablo; en los inicios de nuestra vida cristiana, creo que muchos de nosotros pasamos por situaciones de inconformidad en las congregaciones, y damos rienda suelta a instigar en contra de las personas que nos enseñan, y nos exhortan; porque sencillamente no estamos de acuerdo con su forma de enfocar la Palabra, con la forma de dirigir la iglesia, la forma de poner y quitar líderes, las trabas que ponen muchos ministros para servirle a Dios; son un serie de circunstancias que incomodan a las personas que con hambre se acercan a las distintas congregaciones buscando a Dios, y tristemente digo que cuando iniciamos esa búsqueda de Dios, pues realmente así tengamos muchos años de vida, somos inmaduros, hay hambre y sed de Dios, se da un celo por las cosas de Dios, pero las enfocamos de forma errónea; tomando una actitud de señalamiento, juzgando todo lo que se mueve alrededor del hermano que nos preside; y a unos nos da por buscar la iglesia perfecta, a otros por ser los superhombres espirituales; y por la falta del conocimiento de la Palabra de Dios, vamos tomando caminos direccionado por nuestras emociones y sentimientos; y el corazón no es un buen consejero, miremos lo que el Señor nos dice:
"Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" Jeremías 17:9
El peligro de esto es que algunos se cansan de todas esas situaciones y vuelven atrás; aquí también es clave la posición que toma aquel hombre de Dios que preside, porque muchos también en su altivez en vez de ir por aquella oveja descarriada, vociferan palabras satánicas, que por una que se vayan llegarán otras ovejas más, veamos lo que dijo Jesús:
Y él les contó esta parábola:
"¿Quién de vosotros, si tuviera cien ovejas y perdiera una de ellas, no dejaría a las noventa y nueve en el campo, e iría a buscar la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra la pone sobre sus hombros gozoso. Y al llegar a casa, junta a los amigos y vecinos, y les dice: 'Alegraos conmigo, porque ya encontré mi oveja que se había perdido'. Os digo, que así hay más alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentimiento" Lucas 15:3-7.
Y la verdad que al pasar por los distintos procesos que Dios hace en nuestras vidas, para ir madurando espiritualmente, nos pasa lo más maravilloso, reconocemos la verdad de la Palabra de Dios, que es la que nos santifica y nos muestra a través del Espíritu de Dios, la forma inmadura de manejar y entender los propósitos de Dios. La Palabra es la que nos encausa a la renovación de nuestra forma de pensar; y con la experiencia vivida podemos ser de consuelo para los que inician esa búsqueda, enseñándoles a reconocer y a valorar el trabajo que hacen aquellos hermanos que nos enseñan, y nos amonestan en el Señor.
Hoy les animo a orar por todos aquellos hermanos en Cristo que nos dirigen y nos predican, y que como todo ser humano también tiene errores, y que al poner nuestros ojos sobre estas circunstancias se convierten en un obstáculo para vivir una vida de armonía espiritual, impidiendo hacer la voluntad de Dios que nos dice que debemos tener en alta estima con amor por el trabajo que hacen esto hermanos que nos pastorean y nos enseñan; solamente nuestro Señor Jesucristo en su infinita misericordia es quien cambia las situaciones que creemos, no son acordes con lo que nuestro Eterno Dios demanda.
Un abrazo gigante y Dios derrame abundantes bendiciones en nuestras vidas.
Esta Palabra es de gran bendición para nuestras vidas cristianas, Dios es muy sabio al inspirarla en Pablo; en los inicios de nuestra vida cristiana, creo que muchos de nosotros pasamos por situaciones de inconformidad en las congregaciones, y damos rienda suelta a instigar en contra de las personas que nos enseñan, y nos exhortan; porque sencillamente no estamos de acuerdo con su forma de enfocar la Palabra, con la forma de dirigir la iglesia, la forma de poner y quitar líderes, las trabas que ponen muchos ministros para servirle a Dios; son un serie de circunstancias que incomodan a las personas que con hambre se acercan a las distintas congregaciones buscando a Dios, y tristemente digo que cuando iniciamos esa búsqueda de Dios, pues realmente así tengamos muchos años de vida, somos inmaduros, hay hambre y sed de Dios, se da un celo por las cosas de Dios, pero las enfocamos de forma errónea; tomando una actitud de señalamiento, juzgando todo lo que se mueve alrededor del hermano que nos preside; y a unos nos da por buscar la iglesia perfecta, a otros por ser los superhombres espirituales; y por la falta del conocimiento de la Palabra de Dios, vamos tomando caminos direccionado por nuestras emociones y sentimientos; y el corazón no es un buen consejero, miremos lo que el Señor nos dice:
"Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" Jeremías 17:9
El peligro de esto es que algunos se cansan de todas esas situaciones y vuelven atrás; aquí también es clave la posición que toma aquel hombre de Dios que preside, porque muchos también en su altivez en vez de ir por aquella oveja descarriada, vociferan palabras satánicas, que por una que se vayan llegarán otras ovejas más, veamos lo que dijo Jesús:
Y él les contó esta parábola:
"¿Quién de vosotros, si tuviera cien ovejas y perdiera una de ellas, no dejaría a las noventa y nueve en el campo, e iría a buscar la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra la pone sobre sus hombros gozoso. Y al llegar a casa, junta a los amigos y vecinos, y les dice: 'Alegraos conmigo, porque ya encontré mi oveja que se había perdido'. Os digo, que así hay más alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentimiento" Lucas 15:3-7.
Y la verdad que al pasar por los distintos procesos que Dios hace en nuestras vidas, para ir madurando espiritualmente, nos pasa lo más maravilloso, reconocemos la verdad de la Palabra de Dios, que es la que nos santifica y nos muestra a través del Espíritu de Dios, la forma inmadura de manejar y entender los propósitos de Dios. La Palabra es la que nos encausa a la renovación de nuestra forma de pensar; y con la experiencia vivida podemos ser de consuelo para los que inician esa búsqueda, enseñándoles a reconocer y a valorar el trabajo que hacen aquellos hermanos que nos enseñan, y nos amonestan en el Señor.
Hoy les animo a orar por todos aquellos hermanos en Cristo que nos dirigen y nos predican, y que como todo ser humano también tiene errores, y que al poner nuestros ojos sobre estas circunstancias se convierten en un obstáculo para vivir una vida de armonía espiritual, impidiendo hacer la voluntad de Dios que nos dice que debemos tener en alta estima con amor por el trabajo que hacen esto hermanos que nos pastorean y nos enseñan; solamente nuestro Señor Jesucristo en su infinita misericordia es quien cambia las situaciones que creemos, no son acordes con lo que nuestro Eterno Dios demanda.
Un abrazo gigante y Dios derrame abundantes bendiciones en nuestras vidas.