sábado, 28 de abril de 2012

La comunión con Dios nuestro Padre y su Hijo Jesucristo



"Les anunciamos, pues, lo que hemos visto y oído, para que ustedes estén unidos con nosotros, como nosotros estamos unidos con Dios el Padre y con su Hijo Jesucristo.
Este es el mensaje que Jesucristo nos enseñó y que les anunciamos a ustedes: que Dios es luz y que en él no hay ninguna oscuridad. Pero si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces hay unión entre nosotros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado". 
1Juan 1:3-7
Cuando nuestro espíritu se prepara para entrar en la presencia de Dios, debemos tener claridad del momento, y de comprender que estamos en la presencia nada más y nada menos que del Eterno Dios y Creador del universo y de nuestras vidas, a quien nos dirigimos bajo la dirección  de su Santo Espíritu, poniendo como intercesor a nuestro Señor Jesucristo. Esto debe ser claro en nosotros, porque toda fuerza humana para entrar en su presencia, no agrada a Dios; también muchas veces creemos que interceder por nuestras necesidades y de otros; y hacer guerra espiritual es comunión con Dios, no, la verdadera comunión es esa verdadera adoración en espíritu y verdad (Juan4:23), es ese nuevo cántico que pronuncian nuestros labios en alabanza, es esa verdadera entrega y rendición de nuestras vidas; es morir cada día, presentando nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, en una verdadera adoración espiritual, reconociendo sus misericordias (Romanos 12:1), produciendo en nuestro ser deleite y gozo en el espíritu, llevándonos a mantener buenas relaciones con el prójimo, y a mantener la unidad con nuestros hermanos en Cristo.
Muchas veces para esconder las malas actitudes de nuestro carácter como enojo, ira, gritería, y malas palabras ante el prójimo nos justificamos diciendo que somos mansos pero no mensos; o también la más fácil, echarle la culpa al diablo, es bien cierto que este adversario, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8)  y esto puede suceder porque no hay una buena disposición en la comunión con nuestro Dios y Padre y su Hijo Jesucristo. 

"Cercano está el Señor a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen; Oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará" Salmo 145:18-19.

Un abrazo lleno de bendición. 

jueves, 5 de abril de 2012

Gracia sobre gracia

"Pilato les dijo: Entonces, ¿qué haré de Jesús, llamado Cristo? Dijeron todos: ¡Sea crucificado!" Mateo 27:22



Hoy día,  debido a las acciones que no agradan a Dios constantemente se está crucificando a Jesús. Muchos dicen conocer  a Jesús y se jactan de llevar una vida piadosa, pero la verdad es que sus hechos dejan el nombre de Dios por el piso, haciendo que muchos no sigan el camino de la verdad por sus testimonios.

"De la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad. Hombres de mente corrompida, réprobos en la fe.
Pero no prevalecerán, porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos" 2 Timoteo 3:8

Estos días son de recogimiento espiritual, son momentos de reflexión acerca de los hechos que vivió nuestro Señor Jesucristo, su agonía, su dolor, y sentirse en la cruz abandonado por su Padre, cargando con todos los pecados del mundo. Mirar a  Jesús maltratado en esa cruz, creo yo, debe tocar nuestro ser interior, nuestra sensibilidad, para entender el amor que lo movió para darse en sacrificio por cada uno de nosotros.

Este sacrificio de Cristo Jesús, no es simplemente una muerte en una cruz, implica nuestra redención, el perdón de todos nuestros pecados, la salvación y la vida eterna, la comunión con el Padre Celestial, el sello del Espíritu Santo, el ser llamados hijos de Dios, la posición de nosotros en Cristo y de Cristo en nosotros, el ser tenidos por justos y santos ante el Padre Celestial, el estar sentados en lugares celestiales junto con Él, el ser herederos de Dios y coherederos con Cristo, el ser guardados y bendecidos por nuestros Eterno Dios a través de Jesucristo, y muchas cosas más que por su entrega y rendición nos ha permitido disfrutar: "Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia"  Juan 1:16.

Estos días de reflexión espiritual, no deben ser sólo cada año, y en forma externa, sino que cada día debemos recordarlo y vivir una vida de santidad en gratitud por su entrega a una muerte de cruz, vivir vidas de verdadero arrepentimiento, apartados del mundo por amor a Jesucristo; Un corazón transformado por la Sangre de Cristo, es el que da fruto de arrepentimiento y un buen testimonio.


Dios le bendiga grandemente.







miércoles, 4 de abril de 2012

Formando el carácter de Cristo



"El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre". Proverbios 27:1

Soportar las personas no es fácil cuando tienen comportamientos y maneras de pensar diferentes a los nuestros; pero cuando caminamos con Cristo todo se hace llevadero, sólo si, buscamos de su presencia, pues cuando nuestro Dios está formando nuestro carácter, es cosa dura; desarraigar el carácter de nuestra vieja naturaleza, es la batalla más tremenda que afecta nuestra vida emocional; ahora, si pudiéramos entender los propósitos de Dios, evitaríamos que el enemigo lograra esos momentos para formar enemistades con las personas que Dios usa para tales propósitos. Pablo nos recomienda en Efesios 6:12 "Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales".

La comunión diaria y la meditación de la Palabra de Dios hacen que cada día podamos afrentar todas las obras del enemigo y permanecer firmes en Cristo; y poder soportar el trato con nuestro prójimo.

Recordemos que una vida de oración y velando diariamente sobre las estrategias del enemigo nos dan la victoria en Cristo Jesús Señor nuestro; porque esto es lo que nos da fortaleza espiritual, en Lucas 18:1 Jesús contó una parábola a sus discípulos acerca de una viuda y un juez injusto, para mostrarles que debían orar siempre, sin desanimarse".

ORAR satisface todas nuestras necesidades espirituales, físicas y materiales; pero sobre todo permite tener unas buenas relaciones entre las personas."Pero si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesucristo nos limpia de todo pecado" 1 Juan 1:7. (El subrayado es mío).

Bendiciones.