"No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad".
La
Palabra de Dios es muy clara y no tiene margen de error, este texto bíblico lo
he leído y meditado algunas veces, pero el día de ayer, conversando con unos
amigos cristianos, me tocó mi corazón, y pensé en tantos hermanos en Cristo, y
aún en mi misma, y vino a mi mente como una película, ese día en que Jesucristo
diga a muchos apártense de mi hacedores de maldad.
Tenemos que hacer una reflexión acerca de nuestro caminar con Dios, porque hacerla voluntad de Dios es cumplir la Palabra que está escrita en la Santa Biblia, muchos de nosotros acomodamos la palabra a nuestras concupiscencias, a nuestras debilidades, a la situación que vivimos; es decir a nuestras conveniencias, y lastimosamente esto se ve a diario. Tengamos en cuenta que Dios usa de nosotros los dones que nos ha dado, y no por ello podemos estar en una vida de obediencia a Dios, esto lo vemos en muchos hermanos cristianos, que por su fruto podemos apreciar que están lejos de lo que Dios anuncia en su Palabra.
Hay algunos ministros de Dios que por encima se les nota la avaricia, la deshonestidad en toda la expresión de la palabra, no tienen una vida de oración, y están lejos de la meditación de las Sagradas Escrituras; presentan a la congregación unas enseñanzas rancias, sin el sazón que produce el Espíritu Santo de Dios, y el creyente entra y sale como llegó, sin ninguna expectativa.
"Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir".
Mateo 25:13
Mantengámonos preparados cada día para las bodas del Cordero, como si estas fueran a suceder mañana.
Dios les bendiga siempre.
Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad".
Mateo 7:21-23
Tenemos que hacer una reflexión acerca de nuestro caminar con Dios, porque hacerla voluntad de Dios es cumplir la Palabra que está escrita en la Santa Biblia, muchos de nosotros acomodamos la palabra a nuestras concupiscencias, a nuestras debilidades, a la situación que vivimos; es decir a nuestras conveniencias, y lastimosamente esto se ve a diario. Tengamos en cuenta que Dios usa de nosotros los dones que nos ha dado, y no por ello podemos estar en una vida de obediencia a Dios, esto lo vemos en muchos hermanos cristianos, que por su fruto podemos apreciar que están lejos de lo que Dios anuncia en su Palabra.
Hay algunos ministros de Dios que por encima se les nota la avaricia, la deshonestidad en toda la expresión de la palabra, no tienen una vida de oración, y están lejos de la meditación de las Sagradas Escrituras; presentan a la congregación unas enseñanzas rancias, sin el sazón que produce el Espíritu Santo de Dios, y el creyente entra y sale como llegó, sin ninguna expectativa.
Estamos en un momento donde hay
comezón de oír, ¿pero, qué hace la iglesia? su actitud de pensar en las
riquezas, en las mega iglesias y templos ostentosos, las predicas, son enseñanzas tibias, y sin
ninguna exhortación al pecado, siendo muy permisivas con todo lo que está en
contra de la Palabra, tildándose de legalismos.
En Mateo 25: 1-13 encontramos la
parábola de las diez vírgenes; en la Biblia, la mujer es tipología de la
Iglesia, vemos que las cinco mujeres prudentes, como estaban preparadas
pudieron entrar a las bodas; mientras que las insensatas no pudieron entrar ya
que no estaban preparadas, y el señor no las conocía. Con esto el Señor nos
muestra que solo la mitad de la iglesia podrá entrar a las bodas del Cordero.
"Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir".
Mateo 25:13
Mantengámonos preparados cada día para las bodas del Cordero, como si estas fueran a suceder mañana.
Dios les bendiga siempre.