Que maravillosos es saber que ya fuimos bendecidos, nuestra oración debe ser al igual que el apóstol Pablo cuando oraba por los de Éfeso: Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, al glorioso Padre, que les conceda el don espiritual de la sabiduría y se manifieste a ustedes, para que puedan conocerlo verdaderamente. Pido que Dios les ilumine la mente, para que sepan cuál es la esperanza a la que han sido llamados, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da al pueblo santo (Efesios 1:17-18), hoy existen muchas personas que por desconocimiento de la Palabra de Dios sus oraciones y suplicas son por bendiciones, cuando ya fuimos bendecidos; éste desconocimiento forma barreras en nuestra mente que impiden la bendición, esas son las fortalezas que debemos destruir y derribar argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios (2 Corintios 10:4-5). Tenemos un concepto equivocado de Dios, muchos creemos que debemos hacer ciertos sacrificios o hacer ciertas obras para ganarnos la entrada al cielo, para obtener su amor, su misericordia, su perdón; todo lo hizo Jesús en la cruz y nosotros no tenemos que hacer nada, sólo debemos disponer nuestro corazón para que el propósito de Dios se cumpla en nuestras vidas y nuestra fe esté fundamentada en el amor.
Pues por Cristo hemos podido acercarnos a Dios por medio de la fe, para gozar de su favor, y estamos firmes, y nos gloriamos con la esperanza de tener parte en la gloria de Dios (Romanos 5:2).
Bendiciones