"Ustedes deben orar así: 'Padre nuestro que estás en los cielos, que siempre se dé honra a tu santo nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo. Danos hoy los alimentos que necesitamos cada día, y perdona nuestros pecados como nosotros también perdonamos a los que nos han hecho mal. No nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno" Mateo 6: 9 -13
Ésta enseñanza de Jesús era como la estructura o la base de como interactuar con el Padre Celestial, no se trata de hacerla repetitiva, aunque lo podemos hacer.
Una de las cosas que Jesús vino a hacer en la tierra fue a restaurar la paternidad de Dios; recordemos que el pueblo de Israel por su rigidez y temor no le invocaban como Padre; es por ello que Jesús inicia la oración con las palabras de Padre nuestro.
Al entrar en oración debemos entender que la presencia de Dios está allí a través de su Santo Espíritu, y que nosotros somos sus hijos; entramos en una relación personal con el Padre; y al dirigirnos a Dios como nuestro Padre, debemos darle reverencia y exaltación, y que la santidad sea en nosotros sus hijos, un estilo de vida que honre su nombre, para que sometiendo nuestra voluntad a su voluntad, Dios gobierne nuestra vida en todo el ámbito de la palabra, sustentando así nuestro día a día física y espiritualmente, enseñándonos a perdonar a través de su perdón y dándonos la capacidad de ser libres de la tentación y del mal mediante ésta relación Padre e hijos.
Lo que busca Dios de nosotros es que tengamos una vida de oración, porque es allí donde aprendemos a conocerle, allí crecemos espiritualmente, y es allí que mediante su Palabra el Santo Espíritu de Dios va restaurando nuestra vida, quien está presente siempre, "y el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras". Romanos 8: 26
Veamos algunas recomendaciones hechas por Jesús que debemos tener en cuenta al orar:
"Cuando oren, no sean como los hipócritas, que les gusta pararse en las sinagogas y en las esquinas de las calles a orar en voz alta para que los vean. Les digo la verdad: ellos ya han recibido su recompensa.
Pero tú cuando ores, dirígete a tu cuarto, cierra la puerta y habla con tu Padre. Así recibirás recompensa de tu Padre, porque él ve todo lo que se hace en secreto.
Cuando oren, no alarguen demasiado su oración. No hagan como los que no conocen a Dios, que creen que porque hablan mucho Dios les tendrá que hacer caso. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan, incluso antes de que se lo pidan". Mateo 6: 5-8
Un abrazo y muchas bendiciones