jueves, 5 de abril de 2012

Gracia sobre gracia

"Pilato les dijo: Entonces, ¿qué haré de Jesús, llamado Cristo? Dijeron todos: ¡Sea crucificado!" Mateo 27:22



Hoy día,  debido a las acciones que no agradan a Dios constantemente se está crucificando a Jesús. Muchos dicen conocer  a Jesús y se jactan de llevar una vida piadosa, pero la verdad es que sus hechos dejan el nombre de Dios por el piso, haciendo que muchos no sigan el camino de la verdad por sus testimonios.

"De la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad. Hombres de mente corrompida, réprobos en la fe.
Pero no prevalecerán, porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquéllos" 2 Timoteo 3:8

Estos días son de recogimiento espiritual, son momentos de reflexión acerca de los hechos que vivió nuestro Señor Jesucristo, su agonía, su dolor, y sentirse en la cruz abandonado por su Padre, cargando con todos los pecados del mundo. Mirar a  Jesús maltratado en esa cruz, creo yo, debe tocar nuestro ser interior, nuestra sensibilidad, para entender el amor que lo movió para darse en sacrificio por cada uno de nosotros.

Este sacrificio de Cristo Jesús, no es simplemente una muerte en una cruz, implica nuestra redención, el perdón de todos nuestros pecados, la salvación y la vida eterna, la comunión con el Padre Celestial, el sello del Espíritu Santo, el ser llamados hijos de Dios, la posición de nosotros en Cristo y de Cristo en nosotros, el ser tenidos por justos y santos ante el Padre Celestial, el estar sentados en lugares celestiales junto con Él, el ser herederos de Dios y coherederos con Cristo, el ser guardados y bendecidos por nuestros Eterno Dios a través de Jesucristo, y muchas cosas más que por su entrega y rendición nos ha permitido disfrutar: "Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia"  Juan 1:16.

Estos días de reflexión espiritual, no deben ser sólo cada año, y en forma externa, sino que cada día debemos recordarlo y vivir una vida de santidad en gratitud por su entrega a una muerte de cruz, vivir vidas de verdadero arrepentimiento, apartados del mundo por amor a Jesucristo; Un corazón transformado por la Sangre de Cristo, es el que da fruto de arrepentimiento y un buen testimonio.


Dios le bendiga grandemente.