viernes, 9 de marzo de 2012

El primer amor

Apocalipsis 2:4
"Pero tengo una cosa contra ti: que ya no tienes el mismo amor que al principio".


Qué hermoso es cuando estamos enamorados, todo parece color de rosa, el panorama se llena de mariposas de distintos colores, de nuestros labios salen canciones y palabras de poesía; todo es hermoso, así mismo es ese primer amor por nuestro Eterno Dios, tenemos unos encuentros maravillosos con Él; le componemos canciones y poesías de gratitud, alabanza y adoración, en las cuales creo yo, nuestro Eterno se regocija; vemos en Sofonías 3:17 cómo también nuestro Dios se deleita en nosotros:"Se gozará en ti con alegría y te renovará su amor, y se regocijará contigo con cánticos de alabanza" . Estamos con un hambre y una sed tan grande, que el día se hace largo y la noche corta para estar en su presencia y tener esa comunión donde cada día le conocemos; la Santa Biblia la leemos en pocos días, porque queremos saber más y más de Él.

Pero va pasando el tiempo y se empieza a sentir cansancio para buscarle y meditar en su Palabra; y se hace uso de una cantidad de estrategias para alcanzar su presencia, cuando antes con el sólo hecho de sentir en el corazón la necesidad de Él, ya ese ambiente se sentía transformado por su presencia; también en el deseo de servirle, las jornadas diarias se intensifican con una serie de actividades, produciendo cansancio y agotamiento físico y espiritual, que impiden la búsqueda de la presencia y  comunión con nuestro Dios.

¿Qué pasó? ¡Se perdió ese enamoramiento! ¿Cuál fue la causa? Hay muchas, creo que algunas se debe a la confianza puesta en sí mismos; creen conocer a Dios, porque conocen la Biblia y ya no meditan en ella; la relación se vuelve una rutina; al pasar por pruebas, en vez de fortalecerse la fe, al contrario se debilita, sienten que Dios se olvidó de ellos, y se olvidan de todas sus promesas "Acuérdense de todo el camino que el Señor su Dios les hizo recorrer en el desierto durante cuarenta años, para humillarlos y ponerlos a prueba, a fin de conocer sus pensamientos y saber si iban a cumplir o no sus mandamientos" Deuteronomio 8:2. La relación con los hermanos en la fe se hace difícil, se manifiestan las debilidades y los celos ministeriales, haciendo que se incumpla el mandato de Dios de congregarse; estas y muchas otras situaciones permiten que ese primer amor se enfríe y por ende nuestra vida espiritual se estanque, no permitiendo que la obra de Dios continúe.

Tenemos un Dios que es Padre de misericordia, que afortunadamente Él no nos paga conforme a nuestras iniquidades sino conforme a su misericordia, "Dios volverá a compadecerse de nosotros, sepultará nuestras iniquidades, y echará nuestros pecados en la profundidad del mar" Miqueas 7:19.

Volvamos en amistad con nuestro Señor, volvamos a ese primer amor, acerquémonos a Él y valoremos su infinito amor y misericordia, y así conocerlo cada día.


Dios les bendiga