Yo sé, oh SEÑOR, que no depende del hombre su camino, ni de quien anda el dirigir sus pasos. Repréndeme, oh SEÑOR, pero con justicia, no con tu ira, no sea que me reduzcas a nada.
Jeremías 10:23-24
Por lo tanto debemos confiar en nuestro Eterno Dios entregando nuestras vidas, y nuestras familias en sus manos como también todos nuestros proyectos, porque en Él estamos seguros; separados de Él nada podemos hacer y fuera de Él no existe ningún bien.
Al entender que Dios sustenta, provee y gobierna al mundo y todo lo que en el hay, nuestra confianza debe estar puesta en Él; ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito. Romanos 8:28. Por lo tanto, no debemos temer; entendiendo que debemos ser diligentes en todas las cosas bajo la dirección del Santo Espíritu de Dios; porque solo a través de Él y de su infinito amor podemos ser capacitados para regocijarnos en los sufrimientos, porque sabemos que los sufrimientos producen paciencia, y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado Romanos 5: 1-5
Al hombre le toca hacer planes, y al Señor dirigir sus pasos. Proverbios 16: 9
Bendiciones.