"Le pido a Dios que ustedes se amen cada vez más, y que todo lo aprendan bien y lo juzguen correctamente, para que sepan cómo elegir lo mejor. Así, cuando Cristo vuelva, estarán sin pecado y nadie podrá acusarlos de nada. Porque, con la ayuda de Jesucristo, ustedes harán lo bueno, para que la gente alabe y honre a Dios"
Filipenses 1:9-11
El amor, la sabiduría, y el entendimiento no se consiguen en un libro ni en ninguna institución ni con las mejores frases célebres, como instancias que nos ayuden a vivir rectamente, y que nos pueden dar un corazón entendido para escoger lo mejor
y presentar una vida de buenas acciones; esto solo lo podemos alcanzar mediante nuestro Señor Jesucristo.
Como cristianos verdaderos, discípulos de Cristo, nos deben de conocer por el amor entre los hermanos (Juan 13:35) y nuestra sabia manera de conducirnos en todos los momentos, y si no tenemos sabiduría para escoger lo bueno, entonces pidámosle a nuestro Eterno Dios que nos la de, y como dice Santiago la dará abundantemente y sin reproche (1:5).
Si no hay búsqueda de Dios, si no hay ganas, no podemos tener una vida rendida y consagrada a Dios. No podemos pretender que el hecho de buscar a Dios solo los domingos, podamos dar una abundante cosecha de buenas acciones, porque esto solamente se logra a través de una intima relación personal día a día con Dios.
Si nosotros no nos disponemos para que Dios haga la obra en nosotros, Él no la podrá hacer, así de sencillo; Él actúa en un corazón que se dispone, esa es nuestra tarea ¡DISPOCISION! y nuestro Dios hará el resto, y en el tiempo conforme a su voluntad.
El hecho de ser buenas personas no es garantía para escoger lo mejor y llevar una vida limpia, lo que nos hace ser sabios e irreprensibles es el estar cada día en la presencia de Dios, y como consecuencia nuestras buena acciones y todo a través de nuestro Señor Jesucristo, para gloria y alabanza a Dios.
Dios les bendiga en abundancia.