En Mateo 15: 18 Jesús dijo "... lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre". Examinemos nuestro hablar: ¿de qué hablamos? del amor de Dios o de nuestras pasiones desordenadas, conforme sea nuestro hablar así será el grado de contaminación, y esto se refleja en nuestro testimonio de vida que presentamos al mundo, el cual debe ser digno del Señor, y es un proceso día a día; "Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto".
Todavía existen en nuestro corazón muchas amarguras ocasionadas por las envidias, celo, enojos, iras, odios e impotencias; que cuando nuestra boca habla, habla amargura y eso es lo que no nos deja alcanzar una vida de madurez espiritual; Pablo le dice a los de Corintios en su primera carta: " De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?" (V1-3).
Veamos, los sitos web y blogs deben ser para anuciar las virtudes de Aquel que nos trasladó de las tinieblas a su luz admirable: JESUCRISTO (1 Pedro 2:9); pero es triste ver en estos, la forma como muchos cristianos murmuran, critican y hasta blasfeman de otros cristianos y denominaciones; sin tener en cuenta lo que Dios nos dice en su Palabra: " Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?" (Santiago 4:11-12).
Si realmente nuestro corazón estuviera limpio de toda amargura, estas cosas no estuvieran pasando, estaríamos orando unos por otros; " Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:12); pero lastimosamente la boca habla de lo que hay en el corazón. Si bien es cierto que estamos en los últimos tiempos donde se da la aparición de falsos profetas y maestros; es nuestro deber mantener una vida de meditación en la Palabra de Dios, y en la comunión con el Padre y el Hijo mediante su Santo Espíritu; como también ser como los de Berea, consultar las escrituras cuando un ministro enseña o predica.
Cuando criticamos, murmuramos y juzgamos es porque aún hay cosas que tenemos arraigadas en el corazón; en la compañía del Espíritu Santo de Dios limpiemos nuestro corazón de toda maldad e iniquidad. "Mis labios no hablarán iniquidad, ni mi lengua pronunciará engaño" Job 27:4
Dios les bendiga en abundancia.