EL QUE VIVE BAJO LA SOMBRA PROTECTORA DEL ALTÍSIMO Y TODO TODOPODEROSO, DICE AL SEÑOR: "TU ERES MI REFUGIO, MI CASTILLO, !MI DIOS, EN QUIEN CONFÍO!"
Salmo 91: 1-2
Al meditar en este versículo, podemos decir con toda certeza qué feliz es el hombre que de verdad tiene a Nuestro Dios en tal grado de confianza!, porque muchos creemos en Él; pero hasta qué punto confiamos en que Él es nuestro refugio, o cuántos buscamos la ayuda y protección en cosas diferentes a Nuestro Señor?.
El salmo 91 nos dice :
Cuando Nuestro Señor es nuestro refugio, castillo y nuestro Dios, solo Él puede librarnos de trampas ocultas y plagas mortales; cuando se dice solo, no existe nadie más que lo pueda hacer, solo Él nos puede cubrir con sus alas y bajo de ellas estaremos seguros. Su fidelidad nos protegerá como un escudo. Cuando Él es nuestro refugio, castillo y nuestro Dios, no tendremos miedos a los peligros nocturnos, ni a flechas lanzadas de día, ni a plagas que llegan con la oscuridad ni a las que destruyen a pleno sol; pero la certeza mas grande es que eso no tocará nuestras vida. Cuando hacemos del Señor nuestro refugio, del altísimo nuestro lugar de protección no nos sobrevendrá ningún mal ni la enfermedad llegará a nuestra casa; Él mandará que sus ángeles nos cuiden por dondequiera que vamos, nos levantarán con sus manos para que no tropecemos con piedra alguna. Podremos andar entre leones, entre monstruos y serpientes, que estaremos a salvos y fuera del alcance de todos, porque el nos ama y nos conoce.
Cuando de verdad hagamos del Señor nuestro refugio, todas estas bendiciones sucederán en nuestra vida, serán nuestro diario vivir. Bendito Dios!.
Pero su promesa va más allá de todas éstas bendiciones: "Que cuando le llamemos, Él nos contestará; que Él mismo estará con nosostros, nos librará de la angustia y nos colmará de honores; nos hará disfrutar de una larga vida: lo haré gozar de mi salvación".
Dios sólo derrama todas estas bendiciones a través de nuestro Señor Jesucristo. Te invito a que conozca a Jesús mediante las Sagradas Escrituras y sea tu refugio; y cada día tengas una relación personal con Dios.
Bendiciones.
Cuando Nuestro Señor es nuestro refugio, castillo y nuestro Dios, solo Él puede librarnos de trampas ocultas y plagas mortales; cuando se dice solo, no existe nadie más que lo pueda hacer, solo Él nos puede cubrir con sus alas y bajo de ellas estaremos seguros. Su fidelidad nos protegerá como un escudo. Cuando Él es nuestro refugio, castillo y nuestro Dios, no tendremos miedos a los peligros nocturnos, ni a flechas lanzadas de día, ni a plagas que llegan con la oscuridad ni a las que destruyen a pleno sol; pero la certeza mas grande es que eso no tocará nuestras vida. Cuando hacemos del Señor nuestro refugio, del altísimo nuestro lugar de protección no nos sobrevendrá ningún mal ni la enfermedad llegará a nuestra casa; Él mandará que sus ángeles nos cuiden por dondequiera que vamos, nos levantarán con sus manos para que no tropecemos con piedra alguna. Podremos andar entre leones, entre monstruos y serpientes, que estaremos a salvos y fuera del alcance de todos, porque el nos ama y nos conoce.
Cuando de verdad hagamos del Señor nuestro refugio, todas estas bendiciones sucederán en nuestra vida, serán nuestro diario vivir. Bendito Dios!.
Pero su promesa va más allá de todas éstas bendiciones: "Que cuando le llamemos, Él nos contestará; que Él mismo estará con nosostros, nos librará de la angustia y nos colmará de honores; nos hará disfrutar de una larga vida: lo haré gozar de mi salvación".
Dios sólo derrama todas estas bendiciones a través de nuestro Señor Jesucristo. Te invito a que conozca a Jesús mediante las Sagradas Escrituras y sea tu refugio; y cada día tengas una relación personal con Dios.
Bendiciones.