viernes, 2 de noviembre de 2012

Firmes en la Palabra de Dios

 
"Por lo tanto, quien oiga mis enseñanzas y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que construyó su casa sobre roca. Llovió fuerte, los ríos crecieron, los vientos soplaron y golpearon contra aquella casa. Sin embargo, la casa no se cayó porque estaba construida sobre roca."
Mateo 7:24-25
 
Cuando nuestra vida está guida por el Santo Espíritu de Dios mediante la Palabra, nuestra vida está firme en Él, nada nos podrá apartar de Él, porque en Él estamos seguros.
Todos creo yo, conocemos la Palabra de Dios, y al menos tenemos grabado más de un versículo en nuestro corazón; y cuando la pronunciamos lentamente y en voz audible, creyendo lo que Dios tiene a través de ella,  la verdad como nos dice nuestro Señor Jesús, ¡se hará! No pronunciemos a la carrera la Palabra de Dios, no la pronunciemos sin sentido, miremos a través de ella la victoria que  pronto vendrá.
Meditemos cada día en su Palabra que es viva y eficaz, pero miremos hacia adelante; no dudando, no permitamos la duda, porque en cada duda hay temor y en el temor hay suposición de castigo, creemos que no somos merecedores de las bendiciones de Dios, ya sea porque todavía no hemos aprendido a ese merecimiento o porque aún nos creemos muy pecadores o que Dios no ha podido perdonarnos, y la verdad, lo único que tiene nuestro Dios y Padre es misericordia y un infinito amor por cada uno de nosotros. Por el contrario en nuestro Eterno Dios hay esperanza; creamos en Él y en su gloriosa Palabra, hagámosla nuestra y pongámosla en práctica. Veamos lo que Dios nos dice a través de su Palabra:


"Así ustedes podrán comprender, junto con todos los que formamos el pueblo de Dios, el amor de Cristo en toda su plenitud.
Le pido a Dios que ustedes puedan conocer ese amor, que es más grande de lo que podemos entender, para que reciban todo lo que Dios tiene para darles.
Dios tiene poder para hacer mucho más de lo que le pedimos. ¡Ni siquiera podemos imaginar lo que Dios puede hacer para ayudarnos con su poder! Todos los que pertenecemos a la iglesia de Cristo, debemos alabarlo por siempre. Amén"
Efesios 3:18-21.

¡Un abrazo lleno de Bendiciones!