martes, 10 de julio de 2012

La vida cristiana que agrada a Dios

"Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo"
Lucas 14:27.

Ser cristiano es creer en Cristo Jesús y seguir sus enseñanzas, pero sobre todo es que nuestro ser interior entienda y comprenda que Él está vivo y es real, que resucitó y que es nuestra esperanza de gloria; que cuando buscamos de su presencia Él está ahí, y  que nuestras plegarias son  escuchada; no podemos seguir viendo a nuestro Eterno Dios lejos de nosotros, sólo podemos verlo lejos cuando nuestros pecados nos alejan de Él. Sabemos que su Santo Espíritu mora en nuestro santuario: nuestro cuerpo (1 Corintios 6:19) ¡estamos unidos a Él! su Presencia moradora en nosotros, ¡que maravillosa verdad!.
Vivir una verdadera vida cristiana es morir a nosotros mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios; es nuestra rendición a Él, que vive, Él no se quedo colgado en la cruz, ¡ÉL RESUCITO!
En la Santa Biblia encontramos ciertos parámetros que debe llevar un verdadero cristiano, como en romanos 12 y 13 y en hebreos 13, estos capítulos nos enseñan los deberes cristianos, los cuales debemos observar para llevar una vida cristiana conforme a la voluntad de Dios.
Tanto en romanos como en hebreos nos exhorta al amor fraternal entre los hermanos en Cristo; en Juan 13:35 nos confirma lo importante que es el amor entre los hermanos, de lo cual se nos habla en romanos y hebreos: "De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros".
También nos exhorta a la pureza sexual (Romanos 13:13 y Hebreos 13:4); a la hospitalidad (Romanos 12:13 y Hebreos 13:2); y nos exhorta a vivir sin avaricia y a pagar todo lo que debamos
(Hebreos 13:5-6 y Romanos 13:7-8). Es importante entender y comprender que la palabra es Cristo Jesús, y que Él vive, y vive en nosotros; si esa verdad no está en nuestro corazón, debemos preguntarnos cómo podemos llevar una vida cristina que agrade a Dios, sin poder entender quien es Cristo Jesús, su muerte y resurrección; lo que esto implica en nuestra vida espiritual y su trascendencia en el plano material. En las congregaciones podemos ver algunos cristianos que llevan vidas no acordes con la voluntad de Dios, en contiendas, rivalidades, envidias y egoísmos, y una serie de actitudes contrarias a las estipuladas en Romanos 12 y 13 y en Hebreos 13 y a lo largo de toda la Biblia. No podemos vivir una vida cristiana basada en emociones, y en tradiciones, sino en la convicción que nos da las Sagradas Escrituras, bajo la guía de su Santo Espíritu, las cuales nos enseñan como seguir a Cristo. Invitemos siempre al Santo Espíritu de Dios, cuando meditemos en su Palabra, porque Él es quien nos lleva a toda verdad y nos da sabiduría y revelación en el conocimiento de Dios a través de su palabra.

Una de nuestras responsabilidades como cristianos es orar por todos los santo (Efesios 6:18) para dar a conocer a Cristo, mediante una vida cristina acorde con la voluntad de Dios.

Dios les bendiga abundantemente.